sábado, 22 de abril de 2017

PALABRAS DE GREGORIO MARTINEZ PARA LUIS URTEAGA CABRERA POR EL PREMIO CASLIT 2017

Resultado de imagen de luis urteaga cabrera

                                      Luis Urtega Cabrera


Virginia, 19 de abril de 2017
Luis Urteaga Cabrera nos noqueó a todos. A todos los que en 1969 soñábamos con la novela río, colmada de empalizada, que íbamos a escribir para arrastrar al boom entero. Aun Juan Ojeda, que era poeta hasta el tuétano, fue noqueado por Luis Urteaga Cabrera cuando llegó a Lima la noticia que había ganado en Buenos Aires, frente a competidores de toda América Latina, el Premio de Novela Primera Plana.
El sueño de Juan Ojeda era convertir en un caudaloso poema los tres tomos de El capital de Karl Marx, pero también tenía la ilusión de escribir una novela única de mil páginas, la entrevista de 15 minutos de una comisión de trabajadores en huelga con las autoridades del Ministerio de Trabajo, mientras los huelguistas esperaban en la calle, frente a las fuerzas represivas del gobierno, armadas hasta los dientes.
Justamente fue Juan Ojeda quien me buscó, con el suplemento Dominical de El Comercio en las manos, para mostrarme la noticia del triunfo de Luis Urteaga Cabrera, a quien ninguno de los dos conocíamos personalmente.
Luis Urteaga Cabrera no frecuentaba el bar Palermo, en la Colmena, y menos el Chino-chino o el Pacharaco. Era, pues, un escritor formalito y disciplinado. Aunque en la fotografía que mostraba el Dominical de El Comercio aparecía más bien con una pinta de bohemio existencialista, con una cafarena negra, de cuello alto, y anteojos obscuros. De hecho, con ese triunfo internacional repentino, Luis Urteaga Cabrera nos había noqueado a todos. Y en parte quedábamos como que éramos pura boquilla.
Contento y emocionado me adhiero a este homenaje. Y seguro que conmigo también lo harían Juan Ojeda y el bien peinado Chacho Martínez. Además, soy deudor de Luis Urteaga Cabrera. Sin conocerme, él votó a favor de Canto de sirena en la Bienal de Novela José María Arguedas. No sólo votó, indagó a través de Juan Morillo, con quien trabajaba en una división creativa que dirigía el poeta Pablo Guevara en el Ministerio de Educación, quién chicha podía ser el autor de un raro simulacro de testimonio. Aún dudoso de la identidad del autor, Luis Urteaga Cabrera dio su veredicto a favor de Canto de sirena. Mi agradecimiento tardío y mi homenaje puntual por este merecido premio de reconocimiento a su trayectoria que le entrega acertadamente la Casa de la Literatura Peruana.
Un salud para todos.
GREGORIO MARTÍNEZ.

(CORTESIA  DE SANDRO CHIRI)..

No hay comentarios:

Publicar un comentario