viernes, 28 de junio de 2019

CASUAL. Por LILIANA MIRANDA.



CASUAL

Fui al parque
A encontrarme contigo una mañana
Y había luz de luna
Calor de aposento fresco
Y manos entrelazadas
La espuma del jabón recorre
La vía láctea.
Tu entrecejo
Y tu entrepierna.
Caían pétalos
Y el viento los llevaba
El estupor de la ducha
La cascada
Entre el negro de tus crines enrevesadas
Locos corrían los deportistas
Detrás de las barandas
Recuerdan los suicidas
El sol abría la boca de mandarina
Y yo me recostaba
En la carne tibia de un cuadrúpedo
Que escapó de un zoológico -
Del manicomio
Tal vez
De la página final del cuento viajero.
La luz de luna se aturdía entre
Las copas de los árboles
Las cuerdas en equilibrio
El parque y el café con
Las puertas trabadas
El sol atisba en tus ojeras
La risa en mis ojos granadilla
Brillan los pasadores iridiscentes
La ruta de barro afirmado
Raya el pasto
El cactus sin espinas
El canto desafinado
En tus ojos de aceituna.

POEMA. Por VERONICA MORANTE ROSSEL.





POEMA

Hubo un tiempo de abuela
en que dejaron de usarse los cuchillos
bastaron las manos
ahogarnos en guisos
trozarnos en gajos
enjugarnos en la pulpa del tomate
evaporarnos en el almíbar
cocinarnos a fuego lento
dormir con el delantal salpicado
y destilar amor

FICO GARCÍA CREADOR INABARCABLE E INCLAUDICABLE. Por WINSTON ORRILLO.

                                                        WINSTON ORRILLO.



FICO GARCÍA CREADOR INABARCABLE E INCLAUDICABLE

Por WINSTON ORRILLO.

  “Vivir un día nuevo/ en el que trabajemos sin lágrimas/ ni ocios/pudiendo sentirnos camaradas de todos/ y en el que por fin nos sea devuelto/ el Perú de tus entrañas, nuestro Perú del llanto
                                                                 Gustavo Valcárcel

                                                         
En verdad es muy complicado intentar abarcar a Federico García: ¿a quién rendimos homenaje: al poeta, al ensayista, al narrador, al director de cine, al inclaudicable luchador social…

Bueno, eso queda para la preferencia de cada uno.

Yo prefiero, primero, saludar al querido camarada,  hermano en el Partido fundado por nuestro Amauta, y del cual nunca hemos renunciado y, más bien, conforme pasa el tiempo, nos convencemos que ése es el camino, máxime en estos momentos en que el mundo se trastabilla, por obra y desgracia de un siniestro monigote que comanda el imperio más depredador de la historia, y que conduce (si no lo impedimos a tiempo), a la humanidad entera a la hecatombe.

Para ello continuamos con los caminos ya iniciados, y, verbi gratia, por –mediante-la poesía se elevan los cánticos que invocan  a la solidaridad, a la práctica continua del amor, de la adhesión a ese mundo nuevo que, siempre, hemos pergeñado desde que la palabra (poética) se elevara, primero en las cavernas (Altamira, Lascau, Toquepala) y luego en los cantos e himnos que dieran lugar a esa épica cada vez más urgente a la que invocamos como solidaria acompañante de esta lid cotidiana por defender el mundo de sus permanentes amenazas, por (mediante) un sistema llamado capitalista, cuyo Establishment apunta hacia lo mismo: el apocalipsis (algunos le llaman, asimismo, el aprocalipsis.)

He allí el contenido de la ensayística de nuestro Fico, e igualmente, de su frondosa narrativa.

Por fin –o paralelamente  esto hay que dilucidarlo- halla el camino del filme, con cintas verdaderamente maestras, y por ello, quizá, no reconocidas por la argolla que maneja, asimismo,  esta vertiente cultural.

Películas como Kuntur Wachana ( Donde nacen los cóndores), Laulico, el ladrón de caballos; El caso Huayanay, testimonio de parte; Melgar (Sangre de Poeta), Túpac Amaru, y “El Amauta”, entre varias otras son sus filmes 

inéditos temas en la historia del Sétimo Arte Nacional. Y en este acápite estamos obligados de hablar de quien él llama “su conjunto: la queridísima Pilar Roca, bastión de esta etapa de su estancia creativa.

Amén de todo lo anterior, que no es poco, destacamos su solidaridad permanente con las luchas sociales de este Perú y de toda nuestra América- y el mundo entero--, ya insurrectos hasta la victoria final.


jueves, 27 de junio de 2019

POEMA. Por BRYAN POETT.





                        POEMA


He descubierto que todos mis huesos son ajenos,
tal vez los he robado de otros cuerpos.
Y lo que es peor:
Todo lo que tengo le pertenece a otro.
Mi vida, por ejemplo, se levanta
justo en el lugar exacto donde otro muere.
A veces despierto y hasta mis ojos
abrazan lágrimas de un dolor desconocido.

¿A qué otro latido le falta mi corazón?

martes, 25 de junio de 2019

CANTAR DEL DULCE AHÍ. Por LEONCIO BUENO.






      CANTAR DEL DULCE AHÍ

Entre mármoles y torres encantadas
Bien guardada se cobija
La bahía del Sur
Tiene aromas de un mar
Que es todo luz
Una senda secreta con un puerto azul.

Allí solo llega el submarino "Amor"
A dejar las semillas que envía un Dios:
Encantos, maravillas y temblores de nuestra Creación.

Bahía del Sur Oeste
Habitan sus aguas
Cormoranes y delfines

Y en sus lagos termales se deslizan de a mil
Pulpillos y corales, afanes y suspiros
Caracolas que juegan y se dejan sentir
Solo a quien se desnuda y se sumerge al fin
Donde vibra y conecta a toda hora
Aquello que es divino
Arcano del planeta: El dulce AHÍ.

lunes, 24 de junio de 2019

"ABUELO GRILLO" DE MARTÍN FIERRO ZAPATA. EN LOS COLEGIOS DEL VALLE DEL MANTARO



El destacado escritor MARTIN FIERRO ZAPATA, es Premio "PALABRA EN LIBERTAD" de la Sociedad Literaria Amantes del País,



Una gran noticia, ha sido conocer que su bello libro de cuentos "EL ABUELO GRILLO" por la calidad de la destreza y comunicabilidad en escribirlo, y por los valores tanto literarios como educativos que posee, ha sido seleccionado para utilizarlo tanto en los hogares como en los colegios de las provincias del Valle del Mantaro: Yauli, Oroya, Jauja y Chupaca de la hermosa región Junin. 

Además de ello, ha sido un acierto que en su edición se haya incluido la historia del "Torito Barroso", que se está convirtiendo en un clásico de la literatuta peruana.

Hay que destacar tambien que ha sido editado por la joven pero importante editorial indepediente SILBAVIENTOS EDITORES.

Por lo que la Sociedad Literaria Amantes del País lo felicita y recomienda tanto a profesores, alumnos y familias su lectura a nivel nacional.


martes, 18 de junio de 2019

NUEVO POETA DEL 60. Por RICARDO GONZALEZ VIGIL.

                                                                   Victor Escalante



NUEVO, POETAS DEL 60

Por Ricardo González Vigil 

Todos los días, Víctor Escalante

La extraordinaria generación del 60 no deja de asombrarnos. Leonidas Cevallos seleccionó a algunos de sus exponentes, bautizándolos como Los Nuevos (1967); óptica confirmada por la voz autorizada de Alberto Escobar (Antología de la poesía peruana,1973), quién las consideró artífices de una renovación tal que la llamó “segunda fundación de la poesía peruana”.

Medio siglo después nos obsequia otro poeta nuevo, no solo porque recién publica su primer poemario, sino porque ha tejido una propuesta innovadora. Se trata de Victor Escalante (Lima), conocido como pintor, ilustrador, y editor (con premios mundiales), gran amigo de los poetas de su generación, de la anterior (la del 50) y de las posteriores (en particular, la del 70), a los que ha difundido y/o ilustrado, evidenciando su enorme sensibilidad poética.

Tan modesto com autocrático, ha preferido enaltecer los méritos de los demas, guardando en secreto su obra poética, la cual ha erupcionado admirablemente madura en Todos los días (Notipoemas), bajo su legendario sello: Arte/Reda. Diseñado como diario de noticias, con suplemento y todo (denominado escuetamente VE : las iniciales del autor y, a la vez, el verbo ver), constituye uno de los libros-objeto (todos los elementos de la diagramacion y la tipográfica poseen valor expresivo) más logrados de nuestra poesía, en la senda abierta por 5 metros de poesía de Oquendo de Amat. Sin la ironía de Oquendo (zahiere a la sociedad de consumo), el formato periodístico concuerda con la postura creadora de quien se define “comunicador” y fusiona su doble trayectoria, como periodista y como poeta/artista: cada poema tiene como fuente una noticia.

Ningún tema le es ajeno; comulga plenamente con los placeres y las angustias de la condición humana. Transciende lo coyuntural de la noticia, metamorfoseando con las alas de la poesía.

lunes, 17 de junio de 2019

"HEBRAS DE AMOR" DE FANNY JEM WONG EN LA VOZ DE JOSÉ BELTRÁN PEÑA.

RAYUELA, EL LADRILLO DE CORTAZAR. Por CHARO ARROYO.




RAYUELA,  EL LADRILLO DE CORTÁZAR

Por CHARO ARROYO. 



                                             La crónica es un cuento, pero que es verdad.  
 Gabriel García Márquez.                                                            


Leer Rayuela es una de las aventuras más grandes que los que encontramos destinos sumergiéndonos en el mundo de las palabras podemos emprender.  

En julio de 1972,  Arturo Castañeda Liñán, un joven, en ese momento, escritor cajamarquino, de quien he perdido el rastro, me ofreció en venta la edición duodécima de la ya famosa novela publicada en septiembre de 1970, por Editorial Sudamericana. Yo solamente había leído comentarios sobre ese libro y visto fotos del larguirucho escritor de ojos grandes y cara de bebe sorprendido en falta. Compré el libro, bastante viejito y maltratado, con la siguiente dedicatoria del angustiado vendedor,  dedicatoria que sin ninguna modestia transcribo en su integridad:  “Arturo Castañeda Linán, julio 21, 1972, vendido cariñosa y obligadamente por tristeza y hambre, a Charo, nuestra más -ahora- bella concurrente…”.  Y al finalizar otra fecha distinta, “Lima, julio 31, 1972”. 

Rayuela me introdujo en el mundo cortazariano,  ese mundo de Maga, Horacio y Bebé Rocamadour, y de ahí en adelante busqué afanosamente todas las  obras de Cortázar, convirtiéndome en su más ardiente admiradora. Este libro, amarillento, viejito  y bastante maltratado, es una de mis joyas.

SÍ, ES CORTÁZAR

Esa tarde de febrero de 1973 yo debía encontrarme en el café Tívoli –era la época en que nos reuníamos en  los cafés del Centro–, con dos compañeros de la escuela de periodismo “Jaime Bausate y Mesa”, donde estudiaba, eran ellos Carlos Bejarano y Miguel Carnero, ambos también  perdidos en la distancia desde hace años. El motivo era prestarle Rayuela a Carlos que no la había leído. Llegué puntualmente, con mi Rayuela en la mano, y me senté junto a los grandes ventanales,  colocando el libro sobre la mesa. Al poco rato apareció Miguel, pero el interesado en el libro nunca llegó. Recuerdo que el sol entraba alegremente  hasta la mitad del café.

Conversábamos y reíamos Miguel y yo cuando, de pronto, no sé por qué volteo la cara hacia la derecha y con gran sorpresa, veo que en una de las mesitas situadas  a la mitad del café, pegadas a la pared, estaba sentado, acompañado por una mujer, un personaje extraordinario a quien reconocí de inmediato: JULIO CORTÁZAR. Me quede estupefacta. Encontrar a Cortázar en un café, sin haber escuchado ni media palabra sobre su presencia en Lima era como para creer que alucinaba. Pero era su barba, era su mirada asombrada, era la foto que yo tenía pegada en la puerta de mi dormitorio, mi museo de amores literarios.

En voz baja, y en tono de complicidad,  le dije a Miguel, “Miguel, voltea disimuladamente y mira que en una de las mesitas pegadas a la pared  está Cortázar”. ¿Qué Cortázar?, preguntó sin gran interés Miguel. “JULIO CORTÁZAR, RAYUELA”, fue mi respuesta mientras colocaba la mano sobre ese libro mágico que había convocado a su autor en el lugar menos pensado. Miguel volteó, miró, movió la cabeza negativamente y me dijo “No es Cortázar, si estuviera en Lima, se sabría”. ¡¡Claro que es!!”, le insistí. “Yo tengo su foto en la puerta de mi dormitorio, lo conozco bien”. “Su cara es inconfundible”, añadí…

Me quedé indecisa por unos segundos, temiendo que en cualquier momento la larga figura de mi escritor favorito se pusiera de pie y abandonara el café. Y se me ocurrió entonces “Miguel, le dije, yo voy a ir al tocador –para eso había que pasar junto a la mesita donde estaba la pareja– me fijo bien si es, mientras tanto tú te acercas a la mesa y le preguntas si es Cortázar, cuando yo salga del tocador,  ya tendrás la respuesta”. Miguel aceptó, yo pasé junto a la mesita, lo miré, claro que es CORTÁZAR pensé, es él, es él. Cuando salí, ya Miguel estaba sentado en la mesita con la pareja, y con cara de exaltación  me dijo “Sí, es Cortázar”.

EL LADRILLO DE CORTÁZAR

Ya sentados en su mesa  la conversación se desarrolló fluida, no recuerdo el nombre de la mujer que lo acompañaba, posiblemente era su esposa, no lo sé,  nosotros le contamos que éramos periodistas, yo le dije que era su admiradora, y él me dijo de su admiración y asombro, por haber encontrado “su ladrillo”, refiriéndose a la forma de Rayuela, en manos de una mujer al entrar a un café en Lima; que nunca le había pasado algo así; que lo había visto al entrar y que estaba pensando acercarse, pero nos veía tan entretenidos que no quería interrumpir. Yo le dije que encontrarme con él el día que tenía su libro conmigo  me parecía mágico, y él dijo que pensaba lo mismo,  y estuvimos de acuerdo en eso: hubo magia en ese encuentro. Puso su firma en Rayuela, solo su firma.

Cortázar, además de los ojos grandes tenía una mirada fuerte y a la vez el brillo de su sensibilidad la iluminaba; prestaba toda su atención al escuchar como si los  importantes fueran los otros,  no él;  movía las manos con gran elegancia y sus largos brazos ocupaban la mesita, se inclinaba mucho hacia quienes lo escuchaban, poniendo su largo torso hacia adelante. Eso era parte de su encanto al conversar, ese acercamiento que propiciaba la intimidad.  Y su acento francés, encantador acento,  hacía que sus palabras sonaran suaves, pero a pesar de que hablaba en tono bajo, la claridad de su dicción hacía agradable escucharlo. Y era cierto, los ojos muy separados y la forma de mover los labios lo hacía parecer muy joven.

Además, ERA CORTÁZAR, yo estaba hablando con Cortázar en un café de Lima, y él tenía su mano izquierda colocada cariñosamente sobre mi Rayuela y con la derecha iba acompañando sus palabras.  

UNA TÍMIDA INVITACIÓN

Antes de despedirnos,  lo invité tímidamente a reunirnos en el momento que pudiera con un grupo de amigos intelectuales, no confiaba mucho en su aceptación, seguramente estaba muy ocupado, seguramente no tenía tiempo,  pero él aceptó encantado, solamente  me pidió esperar a que regresara del Cusco donde viajaba al día siguiente, me pidió mi teléfono, le di el de mi trabajo, y sin mucha fe, pensé: ¿serán “palabras de hombre”? y dejé al azar un nuevo encuentro en el que no debía haber “fotos, ni reportajes” me dijo, sino que fuera solamente una reunión de amigos. A lo que me comprometí solemne y emocionadamente.

Después me enteré de que Julio Cortázar estaba en Lima invitado por el Instituto Nacional de Cultura, en una visita casi de incógnito, posteriormente Textual, número 7, excelente revista que editaba el Instituto Nacional de Cultura en esos años, sacó una foto y un artículo.  

TE LLAMÓ UN TAL CORTÁZAR

Un día después de este encuentro tan especial en el café,  en la mañana llego a trabajar y la secretaria me dice: “Anoche te llamó un señor” No se acordaba el apellido, pero sí que hablaba como extranjero  –el acento francés de Cortázar, sus erres arrastradas– y me había dejado un teléfono del hotel donde se alojaba para que lo llamara en la mañana. Pero luego encontró la nota que había escrito y me dijo “Es un tal Cortázar”.

Inmediatamente lo llamé –no sabía la niña lo que significaba  esa llamada, no solo para mí sino también para quienes compartieron conmigo el encuentro que se dio después.  Y “el tal Cortázar”  me dice entusiasmado que ya no viajará al Cusco hasta después de unos días y que podíamos reunirnos al día siguiente,  que le dijera dónde. dónde, dónde, esa fue mi siguiente preocupación.

Pepe Benavides y María Luisa Salazar, entrañables amigos, compañeros de noches de café y tertulia, exposiciones de arte, presentaciones de libros, conciertos y reuniones, vivían en plena Colmena sobre el conocido restaurante Las Papas Fritas,  y dado su entusiasmo por la cultura  –y su estratégica ubicación– su casa fue la elegida por mí para recibir a Cortázar, consultados que fueron se mostraron tan entusiasmados como lo había supuesto. Y empezaron las invitaciones, no menciono a nadie, porque puedo olvidar a algunos, pero asistieron los más importantes intelectuales de ese momento, muchos de los cuales pueden dar fe de este encuentro. Me encantaría recordar todos los nombres, pero incluso yo misma no los conocía a todos porque unos a otros se fueron pasando la voz: CORTÁZAR en Lima, hay una reunión en La Colmena…

UNA REUNIÓN INOLVIDABLE 

Y llegó el día, fuimos al Tívoli a recoger a Cortázar con Miguel. Cuando llegamos a la casa, la sala estaba repleta, Cortázar volteó a mirarme y expresó su sorpresa con una exclamación. Me tocó sentarme en el suelo, y  a su indicación muy cerca de él. Y gentilmente se dirigía a mí en todo momento, era su anfitriona. Se habló mucho, contestó todas las preguntas  que le hicieron; estoy segura de que la mayoría sabía más que yo de su obra. Pero yo era seguramente la más feliz. Escuchaba y quería grabarlo todo en mi memoria. Como se  lo había asegurado, no grabé nada ni tomé fotos, era una reunión de amigos. Una reunión que era la concreción de un sueño soñado por muchos: tener la oportunidad de conocer de cerca al gran Julio Cortázar; fue una ocasión irrepetible, fue una experiencia perdurable.

En medio de las innumerables preguntas y del entusiasmo de la gente, pude hacerle las preguntas que nadie había hecho: ¿Cómo es un cronopio? “Imagínate una pompa verde de jabón”, fue la respuesta. “¿Y un fama?” “Un burgués gordo sentado en su escritorio.” Respuestas que fueron seguidas por murmullos de complacencia. No recuerdo qué más se habló, posiblemente quienes estuvieron lo recuerden, yo vivía el momento, era más de lo que podía haber soñado. Y me firmó otro libro, 62 Modelo para armar, y su dedicatoria fue: “Para Charo, con toda la amistad de Julio Cortázar”, Lima 1973”. Ya éramos amigos.

SU LARGA SILUETA SE PERDIÓ POR LA ESQUINA 

Cuando terminó la reunión y salimos de la casa, caminamos por La Colmena con María Luisa y Pepe, hasta la esquina del hotel Bolívar donde supongo se alojaba, nunca lo supe. Julio Cortázar me traía abrazada de los hombros y antes de despedirse me dijo, “La próxima semana sale El libro de Manuel, mi último libro, léelo, te va a gustar.” Nos despedimos cuando ya estaba oscuro y las luces del Centro ya encendidas. Nos dimos un beso en las mejillas, él se agachó mucho para dármelo, me tomó de los hombros, estrechándome, y se fue. Su larga silueta se perdió por la esquina del Bolívar, mientras  nosotros lo mirábamos ir, luego regresamos lentamente por la Colmena y entramos al Tívoli a tomar un café y a conversar sobre lo vivido. Durante mucho rato sentí el calor de su mano sobre mis hombros.       

Han pasado 46 años, aún recuerdo claramente su voz, su mirada suave y directa a la vez,  y su ingenua alegría por haber encontrado una mujer en un café de Lima, con su ladrillo en la mano.   Ese libro que me vendió un escritor por “tristeza y hambre” me ha dado una de las mayores satisfacciones  de mi vida, una anécdota que hoy, por primera vez,  pongo por escrito.    


Leída en el Festival Internacional de Poesía, Palabra en el mundo,  2016. 



PALABRAS DE CHARO ARROYO / PREMIO "PALABRA EN LIBERTAD".

PALABRAS DE JOSE BELTRAN PEÑA Y RICARDO GONZALEZ VIGIL SOBRE CHARO ARROYO PREMIO "PALABRA EN LIBERTAD".

PALABRAS DE JOSE BELTRAN PEÑA Y SU LIBRO "DIALOGANDO CON EL DINOSAURIO DE MONTERROSO".

PALABRAS DE FANNY JEM WONG: HOMENAJE DE CHARO ARROYO Y PRESENTACION DEL LIBRO"DIALOGANDO CON EL DINOSAURIO DE MONTERROSO" DE JOSE BELTRAN PEÑA.

POEMA. Por ALBA PARZIALE.



                  POEMA

Dejé los sueños en la esquina,
pintando una caja de negro
y armando una corniz para la desilusión.

Ya pasó el tiempo,
ya pasaron los recuerdos;
y sólo queda neblina, neblina, neblina. 


Ya supe deshacer una vida
y supe crear una flota de protección hacia mi alma.


Dejé los sueños en la esquina,
porqué eran una propiedad que sólo yo tenía,
porqué no se puede obligar el destino
y tampoco aceptar de ser nada.
Dejé mi alma al lado de un árbol,
sin dormir, sin saber el porqué,
para prohibirle de ser tierra y madre.
Dejé mis sentimientos en una cueva,
alejada del mundo,
construida para defender mi orgullo.


Porqué quiero ser yo una pintura única.
Y no puedo ser parte de un cuadro común.
A la media medida, a la esquina,
al querer a la fuerza llegar al cielo,
prefiero un infierno exclusivo.


Lo absurdo del Paraíso,
la ilusión,
las mentiras de los cuerpos,
las dejo a los mediocres.


Yo vivo en una estrella,
y mi estrella es de una sola plaza.
Porqué yo soy la primera elección. 


A mi edad,
no quiero creer en novelas,
quiero ser protagonista de mi vida.


Mi vida.
Con todo el dolor que cargué,
por primera vez,
tan profundo.
Pero el dolor, pasará.


AGRADECIMIENTOS MIL. Por CHARO ARROYO.

                                                                     Charo Arroyo.


(A continuacíon publicamos las palabras de agradecimiento de la destacada poeta, periodista, docente y mujer de lucha por la justicia social, Charo Arroyo, de su sección "El rincón de Charo" -que publica semanalmente en su facebook-, por haber recibido de la Sociedad Literaria Amantes del País, el Premio "Medalla Palabra en Libertad". Lo cual engrandece su don de gente y generosidad que aplaudimos, diciéndole: GRACIAS)



"EL RINCÓN DE CHARO"

AGRADECIMIENTOS MIL


Agradezco profundamente a la Sociedad Literaria Amantes del País, en la persona de Pepe Beltrán, que me haya otorgado la medalla Palabra en Libertad, la que anteriormente ha sido entregada a importantes intelectuales peruanos a cuyo lado me enorgullezco de estar. De la misma manera agradezco sus palabras que me emocionaron.


                                   Charo Arroyo, María Antonieta y Ricardo González Vigil,
                                                 José Beltrán Peña y Fanny Jem Wong.   


                      
                                            Juan Pedro Carcelen, Charo Arroyo y JBP.


Igualmente agradezco a Juan Pedro Carcelén y a Fanny Jem Wong, de la Sociedad Literaria Amantes del País, por haber integrado la mesa de honor, en la que participó Ricardo González Vigil, dilecto amigo, quien llegó como asistente y fue invitado por Pepe a integrarla, un especial agradecimiento para él, por su presencia y sus palabras.

Agradezco a mi hijo Carlos Alberto Maldonado Arroyo por haberme acompañado en este momento importante para mí. Y agradezco a mis primas, sobrinas, amigas y amigos de siempre, y amistades poetas y escritores que acudieron a esta convocatoria y me halagaron con su presencia.


                                      Charo Arroyo y su hijo, Carlos Alberto Maldonado Arroyo.

Agradezco a las poetas Rosina Valcárcel, Tania Temoche y Margarita Ríos por los hermosos poemas escritos y dedicados con tanto cariño por esta ocasión, y a los poetas Winston Orrillo y Bernardo Álvarez por sus gratísimos comentarios sobre mi persona y mi obra. Comprometen mi eterno agradecimiento.


                                  Tania Temoche, leyendo su poema dedicado a Charo Arroyo.

Por último, agradezco los cientos de mensajes recibidos a través del facebook, el chat, el correo electrónico, el teléfono, con los cuales familiares y amistades, con generosidad y cariño, me expresaron su felicitación con palabras que guardaré en mi corazón para siempre.



                                        El DINOPEPE bautizado por Charo Arroyo que cuidaba
                                la Medalla Premio, "Palabra en Libertad", y el libro, "Dialogando
                                        con el Dinosaurio de Monterroso / 242 minificciones" de
                                                                     José Beltrán Peña.