viernes, 29 de marzo de 2019

CESAR LEVANO (1926-2019) Por CESAR HILDEBRANDT.

               Los poetas, Fanny Jem Wong, José Beltrán Peña, Marcela Pérez Silva
               (Embajaora de Nicaragua), José Luis Ayala y Eduardo Arroyo.
               con el maestro César Lévano, en su última actividad pública, realizada
               en la Casa Museo José Carlos Mariátegui.


 
Tomado de “HILDEBRANDT EN SUS TRECE” N° 438, 29MAR19
 H
a muerto en sus trece. No podía ser de otra manera.
Me causa gracia que algunos de quienes lo mal­trataron, finjan llorarlo. Allí está San Marcos, que lo despidió sin gracia alguna y con una pensión para in­digentes. Allí está el diario que decidió un día que el sueldo era un asunto muy burgués y que el sueldo de director era cosa aún más despreciable que tampoco debía pagarse. Allí está el cronista que, al pie del ataúd, lagrimea sin recordar que el noble difunto lo llamó sobón de Humala cuando las papas quemaban y el comandante de la madre mía se valía de Blanca Rosales para presio­nar a los medios y empitonar a los alzados.
 
Muchas veces hablé con Lévano de la crisis del periodismo. No era un asunto de analógicos versus digitales ni de liberales versus conservado­res ni de socialistas versus rivaagüeristas: era un asunto de cultura. El periodismo -coincidíamos- se había enemistado con los libros y con el afán de saber. El periodismo de estos tiempos era un ejercicio de la ba­nalidad. Un horizonte desplomado. Un día, después de la presentación de uno de mis libros que él honró con un preámbulo oral, me dijo:
-Si Valdelomar resucitase y buscara trabajo en un diario limeño, le cerrarían las puertas.
 
No sólo Valdelomar. Pensemos en el Mariátegui que, a pesar de todas las dificultades, luchó por sus ideas y pudo crear la imprenta y editora “Minerva”. Pensemos en todos aquellos que juntaron periodismo y buena prosa y convirtieron a la prensa peruana en un modelo digno de imi­tarse en el primer tercio del siglo XX. Ese mundo es nuestra Atlántida. Ese país perecido es la desgracia que no solemos admitir.
 
Lévano era una excepción, un sobreviviente, una tenacidad a prueba de tentaciones. He dicho muchas veces que el Perú tiende a podrirlo todo. Hasta las buenas causas resultan, al final, contaminadas por la codicia: allí está el ecologismo antiminero manchado de “lentejas” y abogados de Azángaro y señoras víctimas que entablan juicios costosos en Nueva York.


Pero el Perú no pudo con Lévano. No pudieron con él. Allí estuvo, metalúrgico y panadero, rojo y cívico, contumaz destinado a los infiernos, malditamente hereje, el canillita que salió de las sombras. ¿Fue estalinista? Sí, cómo no. Se equivocó, como muchos, como Neruda nada menos. Pero amaba a Bach tanto como a Acosta Ojeda y podía leer a Goethe en su idioma original y hablarte de la prensa anarquista como si él mismo la hubiese redactado. Y a la hora de juzgar a los oportunis­tas de la izquierda tuvo el ojo del búho consejero.
 
Cuánto lo odió la derecha. Qué manera tan vil de difamarlo. Qué modos tan canallas de negar su valor y borrar su resistencia. Lévano era un mal ejemplo y eso es lo mejor que puede decirse de él. En una sociedad purulenta como la nuestra ser un mal ejemplo es una bendi­ción. Si los agnósticos tuviéramos un Vaticano y un San Pedro, Lévano sería parte de nuestras catacumbas ancestrales. Un rojo con aureola, qué más da.
 
Se ha ido Lévano y mejor que se haya ido. La vejez extrema es una venganza de la paciencia y un sufrimiento inútil. Pero lo que queda de Lévano alcanza para muchos años de memoria agradecida. Lo que es cierto es que Lévano, como otras figuras estelares, no deja sucesores. El Perú mal hablado de hoy sólo tiene relevos para forajidos y congre­sistas.
Yo no escribo esto porque Lévano se nos haya ido esta semana. Escribí sobre este maestro moral muchas veces, cuando él estaba vivo y aún se jaraneaba. Y aquí van dos ejemplos. El primero, publicado en el año 2006, cuando Lévano cumplió 80 años. El segundo es del año 2011 y fue editado a raíz de la muerte de Natalia, su querida mujer.
 

lunes, 25 de marzo de 2019

CUBA NO ESTÁ SOLA, CON ELLA LOS PUEBLOS LIBRES Y COMBATIVOS DEL MUNDO. Por WINSTON ORRILLO.








A 60 años del triunfo revolucionario en Cuba, los yanquis siguen desesperados: ya lo intentaron –con sonoro fracaso en/por Playa Girón, acción dirigida por el propio y asesinado (le pagaron con su propia medicina) Presidente Kennedy, el gran farsante.

Desde entonces decenas de atentados –que todos culminaron en la más rotunda falla- y la Patria de José Martí, impertérrita, allí está, como paradigma.

Y el imperio sigue desesperado: ya fue puesto de rodillas por la Corea de Kim Il Sung y luego por el Viet Nam Heroico, pero él sabe que esa pústula de mal ejemplo no debe continuar, pero no pueden con Cuba socialista.

Mientras tanto ha atentado y sigue prohijando a tiranos sangrientos a lo largo y ancho del mundo.

Pero Cuba es ejemplo de dignidad y de buen gobierno. No hay niños con hambre ni que duermen en las calles (como en USA y sus discípulos a lo largo y ancho del mundo) ni enfermos en las calles por falta de hospitales y medicinas. Dificultades, claro que las hay, pero todas han sido superadas, con el sacrificio de su pueblo heroico, cuyas armas, permanentemente apuntan hacia el supurante corazón del imperio.
Hoy pretenden sabotear a Venezuela Bolivariana, y sus envenenados dardos apuntan hacia Nicaragua Sandinista y la Patria de Evo Morales, amén de renovar sus impulsos genocidas contra Cuba Socialista, Primer Territorio Libre en América.
El paradigma de Fidel sigue en pie –como el de Chávez permanece en su República Bolivariana.

Adelante, pues, martianos. Recordemos para concluir este breve recuento lo que dijera, alguna vez. El autor de Versos sencillos:

“Los árboles se han de poner en pie para que no pase el gigante de las siete leguas. Esta es la hora del recuento y de la marcha unidos, y hemos de estar apretados, como la plata en las raíces de los Andes.” (Cita libre y de memoria)

Y el Primer Territorio Libre en América sigue dándonos el ejemplo que tanto odia y teme la patria del genocida Trump y de todos los otros de su misma jauría.

No por sesenta años más de Revolución, sino por seiscientos, por lo menos.

Hoy pretenden.


RAUL GÁLVEZ CUÉLLAR. Por JULIO SOLÓRZANO MURGA.


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RAÚL GÁLVEZ CUÉLLAR 
 
Por Julio Solórzano Murga
 
El Dr. Raúl Gálvez Cuéllar se agita en el sillón de cuero negro de su pequeña biblioteca, y dice: "Para qué nos sirve la poesía, si no convertimos el escritorio en el laboratorio de nuestras ideas y las plasmamos en la lucha real." "El hombre, la idea y la acción es una unidad indivisible." entonces dice muy enfático, "De qué vale rasgarnos las vestiduras si el poeta o escritor, el actor o artista plástico, no asume su rol de comunicador social, con un claro compromiso social con su comunidad, no se puede realizar una buena faena literaria, si sólo la dirigimos a una élite social, ignorando las carencias que tiene el pueblo para poder acceder a un libro o a una obra teatral o quizás a una exposición de artes plásticas en nuestra ciudad". 
 
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El Dr. Raúl Gálvez Cuéllar es un abogado y literato muy reconocido en nuestro país y en el extranjero, profesor universitario, con experiencia de haber trabajado en París y Nueva York, recientemente ha viajado a Puerto Rico representando al Perú, en la Feria Internacional del Libro de Mayagüez.
 
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Raúl Gálvez Cuellar tiene la apariencia de ser un hombre  de pocos amigos, pero no, es todo lo contrario, con su prominente barba y gorrito parisino, es todo un personaje en la literatura peruana: alegre, pícaro y gran amigo, hombre que sabe valorar la amistad venga de dónde venga, poeta, escritor y decimista, amante del juego de Tiro al Sapo y de Billar, como diría mi tío Nicomedes, es un campeón en trompo y bolero, filósofo, amante del buen vino, autor de varias obras que forman parte del tesoro literario de nuestra comunidad intelectual.
 
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En el año 2012 en la ciudad de Huacho, la Sociedad de Poetas y Escritores de la Región Lima, le tributo un merecido homenaje por su destacada labor literaria y su invalorable apoyo a la literatura de nuestra Región Lima. 
 
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Raúl Gálvez es Tacneño de nacimiento, Huachano de corazón, comparte la difícil tarea de llevar la literatura a cada rincón de nuestra patria.Juntos hemos viajado por diferentes lugares de nuestro querido Perú, llevando  bajo nuestro brazo un paquete de libros, como equipaje obligado en nuestro peregrinaje literario.
 

21 DE MARZO: DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA - SALUDOS DE LA SOCIEDAD LITERARIA AMANTES DEL PAIS - POR JOSÉ BELTRÁN PEÑA. (Por NALO ALVARADO.)



 
La Sociedad Literaria Amantes del País, les desea a todos los POETAS, con la libertad de la palabra, un metamorfoseado día por sus versos y prosa poéica, escritos bien, más o menos, o maravillosamante espectacular, solamente el tiempo -el único juez honesto e insobornable de todo artista-, dirá realmente el valor de ellos en cualquier rincón del mundo, lo demás es trabajo con la palabra en libertad, vida social y para pasarla bien con nuestra animalesca existencia en sociedad. Hay muchos conceptos sobre poesía, pero ahora que mi país, se desangra de agua, creo que es el mejor antídoto para luchar por la vida en unió peruana y seguir existiendo, y para darnos un abrazo con la pachamama y decirle: te quiero y disculpame por joderte, ofenderte y martirizarte.

Un abrazo a todos, su amigo y colega: JOSÉ BELTRÁN PEÑA.
 


Un poema de mi autoría para todos ustedes:

LA FILOSOFÍA DEL CERO

El tiempo es la sonrisa de la muerte
como cuando un niño nace y
le hace un viejo puchero a la madre
porque es tan sabio, que nace para morir.

El tiempo es la fogata del silencio
en donde las piedras enmudecen felices
por el polvo que se transforma en sudores
y en quejidos sociales de sueños.

El tiempo es el aullido solitario del perro
que se identifica con su mejor amigo
porque es el más irracional del planeta
que vive sin luz ni sombra en el cero.

El tiempo es el corazón sin segundos,
el tiempo no existe.
 
 

RENATO SANDOVAL EXORCIZA A LA NADA. Por WINSTON ORRILLO.










RENATO SANDOVAL EXORCIZA A LA NADA

POR WINSTON ORRILLO



            Hace dos décadas que, para bien o para mal, me dedico a la enseñanza, y cómo me cuesta hasta ahora escuchar que me diga (“maestro” o “profe) y referirme a ellos como “mis” alumnos. Si soy maestro, solo lo soy por ignorancia y en extravío; si son mis alumnos, solo lo son por orfandad, por ignorancia, o, simplemente por inexplicable e ingenua fe”
                                                                          RSB

                                                              
 
       Renato Sandoval Bacigalupo es un creador –notable poeta- pero gran parte de su tesitura intelectual la dedica al arte –y ciencia- de la traducción.

La verdad es que no he contado de cuántos idiomas vierte sus preseas al nuestro.

El presente volumen, Atajos a la nada (Opiniones y versiones),  Editorial ”Nido de Cuervos, Colección “Periscopio” es una joya para leer y releer. Se trata de reflexiones y atisbos sobre la existencia, la poesía y la traducción literaria, a las que acompaña con “sus” versiones directas de poetas y narradores, como Rainer María Rilke, Paul Celan, Kafka, Ludwig Tieck,  Edith Södergan,  Ane Sexton, Lawrence Ferlinghetti, Lord Byron, Drummond de Andrade, De Almeida Pereira, Cesare Pavese, Salvatore Quasimodo y Lello Voce, para solo citar a algunos.

Confesamos que, para nosotros, hay revelaciones absolutas que nos obligan, sin duda alguna, a consultar enciclopedias y dilatar nuestro conocimiento de un mundo de creaciones literarias, que no cesaremos de descubrir, y que nos enfrenta a qué creador es el hombre, aquí, allá y acullá.

Con un certero prólogo del lingüista Pablo Carreño, en sus 296 páginas, podemos largamente vivir embelesados, porque este volumen no es de, ninguna manera, para una fugaz  visita, sino que entra, de lleno, en esas preseas que pueden acompañarnos cuando demos  alguna vuelta al mundo, premunidos de altas creaciones literarias que, a no dudarlo, nos enriquecerán proficuamente.

El autor, Renato Sandoval Bacigalupo, ha cursado estudios de Lingüística y Literaturas Hispánicas en la Pontificia Universidad Católica del Perú, y luego siguió  en el  doctorado en Filología Románica en la Universidad de Helsinki en  Finlandia. Pero lo básico son sus estudios autodidactos en los que abarca un sinnúmero de lenguas que le sirven para sus creativas traducciones, de autores que aparte de Tabucci, Quasimodo, Sódergan, Drummond de Andrade o Silvia Plath, reposaban, perdidos,  en los vericuetos de algún repositorio bibliográfico.

La propia obra creativa de RSB es singular y se lee admirativamente  por sus resabios filosóficos , por su uso de un inteligente humor, y que, para él, poetizar no es solo aprehender la belleza de la vida (y de la muerte), sino conducirnos allende la epidermis de la existencia cotidiana.

Es recomendable acercarse a los libros del poeta y traductor, que crece inexhaustiblemente, lo que le ha valido, en 1988, Obtener el Primer Premio del reputado concurso, ”El cuento de las mil palabras” de la revista Caretas, y en el 2015, el Premio de Bronce Cope, de PETROPERÚ.

Y por si fuera poco lo ya enunciado, nuestro autor es Director del Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLIMA), lo que, además del gran trabajo, le permitió “ganar” algunos enemigos gratuitos (los líos por las difamaciones prosiguen).
La propia poesía de nuestro autor está ahíta de filosofía existencial, hace uso de un corrosivo humor y, sobre todo, es una muestra (más) de que frente a RSB nos hallamos ante uno de los integérrimos artistas de la palabra que no cesa de proporcionarnos preseas e invitaciones a compartir un universo  que el propio lirida nos ayuda a descubrir.



miércoles, 20 de marzo de 2019

PACO SERREPE: CHICLAYO, MOSCÚ, PARÍS. Por WINSTON ORRILLO.





                                                                WINSTON ORRILLO.





PACO SERREPE: CHICLAYO, MOSCÚ, PARÍS



                                               “Un silencio profundo, pensante, emanaba de estas ruinas de piedra, cuyas torres contrastaban con la verde vegetación de más allá: parecía como si los dioses, estuvieran allí reunidos mirando a los hombres que pasaban en el camión…”
                                                           F. Serrepe 




Lo primero que hay que señalar es que, el que funge ahora de narrador, es un poeta y novelista…y fue mi alumno, en la entonces Universidad Nacional de Lambayeque (se entiende, en Chiclayo), en la ya lejana década del 70: de esos auspiciosos tiempos fueron, igualmente, Julio Fernández Carmona, quien ahora firma como Julio Carmona y es un brillante doctor en Literatura, con cátedra en Piura; y Alfredo Pita, residente consuetudinario en la Patria de Baudelaire (y por allí se queda, al parecer: excelente narrador y periodista paradigmático).

Paco ha publicado, en poesía, Andanzas primeras,  en 1970, y los libros de cuentos  Espejos y espejismos y La rosa de los mundos, así como la novela La casa de los sueños (ambas en Editorial San Marcos).

Inquieto, como buen norteño, viajó a seguir estudios en la Patria del gran Lenin, cuya Universidad Lomonosov, le editara el epítome de su tesis universitaria El problema de la alienación y de la armonía en la obra de Julio Cortázar.

Su poemario Andanzas primeras se encuentra traducido al francés, así como es posible hallar narraciones breves suyas en las lenguas de Balzac y de Dostoiewsky.
En la patria de Lenin, Paco residió desde 1972, mientras que, en 1982, se muda (donde vive ahora) al mundo de Baudelaire.

Sea como fuere, Paco Serrepe –Francisco Serrepe Ascencio- donde esté escribe: poesía, prosa breve, novela.

Su obra actual –un heteróclito manojo de cuentos- tiene un nombre intraducible: Laromunds, (Editorial  San Marcos, 2019),  según él construido a base de  los titulos de algunas de sus obras ya publicadas.

Sea como fuere, el volumen es la incursión en mundos realistas y fantásticos, que él maneja con sapiencia y, sobre todo, con un lenguaje que tiene que ver mucho con su tesitura de lirida.

Los textos discurren en su lar nativo, así como en lejanas ciudades y países de los que el autor nos ofrece pinceladas singulares.

Lo físico, lo metafísico y hasta la ciencia ficción, son temas que Paco Serrepe nos ofrece con sabiduría y gran capacidad inventiva: el autor nos lleva de la mano y, de pronto, nos abandona en medios metafísicos, demenciales, surrealistas: de lo que sí estamos seguros es de que cualquier evento puede pasar, menos el aburrimiento: Camboya, el río Mekong, Angkov, Tailandia; y entre nosotros lugares entrañables como Zaña, verbi gratia.

No darle más vueltas al asunto: lo mejor es que usted, estimado lector, se prepare para ingresar a un mundo polifacético y que, allí, descubra lo que, quizá, en un primer momento no buscaba.

Lo que sí es seguro es que no tendrá tiempo ni siquiera para parpadear.