con José Beltrán Peña en una de las actividades de la Sociedad
Literaria Amantes del País.
TETRATRAVESÍA
POETICA MOCHE: ELDI, PATRICIA, TANIA, NORA
“Tetralogos, cuatro poetas, cuatro versiones
de un
posible mismo hecho, como los
evangelios o las “cuatro nobles
verdades”de Buda; como los cuatro
elementos aire, tierra
agua y fuego, o los cuatro puntos
cardinales o los cuatro puntos
de la Chacana…”
Rodolfo Ibarra.
Por WINSTON ORRILLO
Precisamente nos toca relevar esta presea poética, obra de
cuatro líricas, Eldi Toro, Patricia del Valle, Tania Temoche y Nora Curonisy,
en el advenimiento de un nuevo Día de la
Mujer.
Lo importante es que éste es un libro particular porque su singular
tesitura literaria es producto del
trabajo –no mancomunado, pero sí coincidente-, de un grupo de liridas que no
solo se dedican a enhebrar canciones poéticas, sino que, cada una, en su
respectiva profesión, se da tiempo y dedicación para ofrecernos el camino
literario que no solo se dedique a escribir, sino, asimismo, al trabajo
plástico y a aquello tan conocido de “caminante, no hay camino, se hace camino
al andar; y Lambayeque es la honrada tierra de Sicán y del inefable Naylamp
–deidad que vino del mar, con sus ojos almendrados y por aire, para traer paz y
ventura -progreso le llaman algunos- y lo hizo (siempre con la permanente
pareja) al lado: su seráfica compañera, la princesa Ceterni.
Por ello, comenzamos con Eldi
Toro, limeña y docente universitaria, con una Maestría en Literatura
Peruana e Hispanoamericana, que asimismo, ha escrito narrativa: “Como una espada en el aire” y” Esta fugacidad: todo mi reino!”,
antologías del colectivo Macondo.
Mientras, en crítica, ha editado su antología Alquimia y fuego sobre la inefable Rosina Valcárcel, compiladora Giovanna Minardi, (Edit. Horizonte,
2018.)
En Poesía, sus
publicaciones son más numerosas (es lo suyo, en realidad) de modo que ha lanzado
textos en TIPSHE (Revista de la Facultad de Humanidades UNFV) y UMBRAL,
publicación del Centro Cultural Antares.
La muy conocida y prestigiosa Tortuga
ecuestre; revista Estación Com-Partida, así como en diversas
antologías, hasta, finalmente, arribar a LUD&KA, su primer poemario, lanzado por Ángeles de Papel Editores, 20128, texto que
obtuviera Mención Honrosa en el disputado VI Concurso Nacional de Mujeres, SCRIPTURA, organizado por el PEN
INTERNACIONAL del Perú y la Universidad Ricardo Palma.
Actualmente, nos tiene impacientes porque ya anunció BLUE y otros poemas, que será su
segunda entrega formal, como volumen lírico.
La participación de Eldi en este volumen colectivo, se
distingue por su ingreso, inequívoco, en el orbe de los protagonistas de la
aventura vital de los lambayeques (Naylamp.
Ceterni) a los que nos acerca con una vitalidad sui generis, pues, atinadamente, sabe combinar el mundo fenecido
con lo que, perfectamente vivo, queda, de él, en calles y personajes,
actualmente vigentes.
Patricia del Valle, arequipeña, poeta, ensayista y
arquitecta, tiene igualmente textos en Mujer
y Poesía (Carpe Diem, 1997). Un
minuto cantado para Sierra Maestra (Asociación Cultural Alma Matinal), 51 Poetas (Edición Yakana), Esta fugacidad: todo mi reino). Fidel
señala el camino, La serenidad de los días, y diversas muestras en varias
publicaciones periódicas.
Su personal obra creativa se edita en Yokasta y yo (Arteidea editores, 2005), Soy Otra (Sol&Niebla/ Librería Les Punchets, Barcelona, España,
2010. Hielo Negro, edición de la
autora. Músika _para_sordos (Fondo de
Cultura Peruana, 2017.
Tiene en preparación (lo que nos impacienta) los libros Barcelona Blues y Calypso.
Es continua participante en las muestras de la Sociedad Peruana de Poetas, Sociedad Literaria Amantes del País y Viernes Literarios.
Sus poemas en esta antología se distinguen por la
revitalización de personajes y ambientes de Lambayeque (es paradigmática su
visión de Naylamp), y de las calles
locales y de Túcume y Zaña, verbi
gratia, así como de sus personajes folklóricos, como Taitas y Brujos, a los que
denomina “espíritus tutelares” con lo que nos devuelve a la vida a estos seres
que, algunos, creían en solo en los museos.
Tania Temoche, selvática perfectamente aclimatada
en nuestra costa, y decodificadora de sus enigmas y encantos, ingresa, de plano
en el sortilegio mochica, al escribir sobre Cie-Quichi,
“espíritu danzante de las dunas adormecidas/ El que regresa por las noche a
calmar las aguas/ Mi campo de batalla// La sequía// Los aguaceros.”
La escritura de Tania es medio mágica: incluye en sus textos,
sacerdotisas moches : “Shi (la luna) y Ni (el mar), así como la Dama de Cao y abundantes Caballitos
de Totora…
Todo lo cual nos conduce a la plena sensación que la
escritura de nuestras autoras es todo menos una simple (y vana) recreación
folklórica (con lo que de devaluado se halla este vocablo).
Para hacer lo que nos ha entregado cordialmente, su autora,
Tania es Licenciada en Periodismo –hoy se dice Comunicadora Social- , ejerce
activamente el periodismo en diarios y revistas y posee un Diplomado en Gestión
e Iniciativas Culturales por la PUCP. Ha participado, igualmente, en la muy
reconocida Maestría en Escritura
Creativa de San Marcos; es correctora de estilo
y ejerció la coordinación periodística en la revista Vicionario, de nuestro hermano mayor,
el inolvidable y gran poeta Arturo Corcuera Osores.
Nora Curonisy Lostanau es la última autora de este libro
colectivo. Ella ingresa, directamente, con Llampayec,
en el rescate de una leyenda que muchos pensaron enterrada.
Licenciada en Planeamiento de la Educación, por la PUCP, es
docente y fotógrafa. Aparte de la lírica, escribe narrativa y ejerció el teatro
en el inolvidable grupo Cuatrotablas,
creación pura del hoy ausente Mario Delgado.
Autora del Canto de la
MELODA, su primer poemario que fuera
seleccionado, por el querido Ricardo González Vigil, entre los mejores del año
2017 (véase Revista Caretas) VERSOS TRENZADOS (2018) es su reciente segundo
libro de poemas (Fondo Editorial Cultura Peruana, 2018).
Ha publicado en numerosas editoriales versos inconfundibles,
que nos conducen hasta su penetración en estos textos destinados a los itinerarios moches y a los muelles de
Pimentel y sus mujeres “tejedoras de la vida”.
Gran acierto, en fin, la publicación de esta Travesía Moche, que nos adentra en el
rescate de una región cardinal de nuestro país –Waka Willka Wanka- que parece dormir pero vigila permanentemente
nuestros pasos, en medio de los “frutos
más dulces del algarrobo que salvemos/ de las aguas.”
Que se repitan, pues, más Travesías Moches. O de otros lugares de nuestro vasto territorio.
Nuevas congratulaciones a sus gestoras.
FELICITACIONES
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