WINSTON ORRILLO.
PACO SERREPE: CHICLAYO, MOSCÚ, PARÍS
“Un silencio profundo, pensante, emanaba de
estas ruinas de piedra, cuyas torres contrastaban con la verde vegetación de
más allá: parecía como si los dioses, estuvieran allí reunidos mirando a los hombres
que pasaban en el camión…”
F.
Serrepe
Lo primero
que hay que señalar es que, el que funge ahora de narrador, es un poeta y
novelista…y fue mi alumno, en la entonces Universidad Nacional de Lambayeque
(se entiende, en Chiclayo), en la ya lejana década del 70: de esos auspiciosos
tiempos fueron, igualmente, Julio Fernández
Carmona, quien ahora firma como Julio
Carmona y es un brillante doctor en Literatura, con cátedra en Piura; y Alfredo Pita, residente consuetudinario
en la Patria de Baudelaire (y por allí se queda, al parecer: excelente narrador
y periodista paradigmático).
Paco ha
publicado, en poesía, Andanzas primeras, en 1970, y los libros de cuentos Espejos y espejismos y La rosa de los mundos, así como la novela La casa de los sueños (ambas en Editorial San Marcos).
Inquieto,
como buen norteño, viajó a seguir estudios en la Patria del gran Lenin, cuya
Universidad Lomonosov, le editara el epítome de su tesis universitaria El problema de la alienación y de la armonía
en la obra de Julio Cortázar.
Su poemario Andanzas primeras se encuentra
traducido al francés, así como es posible hallar narraciones breves suyas en
las lenguas de Balzac y de Dostoiewsky.
En la patria
de Lenin, Paco residió desde 1972, mientras que, en 1982, se muda (donde vive
ahora) al mundo de Baudelaire.
Sea como
fuere, Paco Serrepe –Francisco Serrepe
Ascencio- donde esté escribe: poesía, prosa breve, novela.
Su obra
actual –un heteróclito manojo de cuentos- tiene un nombre intraducible: Laromunds, (Editorial San
Marcos, 2019), según él construido a
base de los titulos de algunas de sus
obras ya publicadas.
Sea como
fuere, el volumen es la incursión en mundos realistas y fantásticos, que él
maneja con sapiencia y, sobre todo, con un lenguaje que tiene que ver mucho con
su tesitura de lirida.
Los textos
discurren en su lar nativo, así como en lejanas ciudades y países de los que el
autor nos ofrece pinceladas singulares.
Lo físico,
lo metafísico y hasta la ciencia ficción, son temas que Paco Serrepe nos ofrece
con sabiduría y gran capacidad inventiva: el autor nos lleva de la mano y, de
pronto, nos abandona en medios metafísicos, demenciales, surrealistas: de lo
que sí estamos seguros es de que cualquier evento puede pasar, menos el
aburrimiento: Camboya, el río Mekong, Angkov, Tailandia; y entre nosotros
lugares entrañables como Zaña, verbi
gratia.
No darle más
vueltas al asunto: lo mejor es que usted, estimado lector, se prepare para
ingresar a un mundo polifacético y que, allí, descubra lo que, quizá, en un
primer momento no buscaba.
Lo que sí es
seguro es que no tendrá tiempo ni siquiera para parpadear.
INTERESANTE.
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