viernes, 7 de abril de 2017

LA POESÍA CONSCIENTE DE HUMBERTO PINEDO. Por RAÚL ALLAÍN.


A pesar de que en España hubo un movimiento ideológico y poético marxista por la década del 90’, la poesía sirvió para sus integrantes como un instrumento de lucha social y de liberación. Demostraron con sus poemas su disconformidad con lo establecido y mediante una particular poética en pos del entendimiento de las mayorías.
Pero el poeta Humberto Pinedo Mendoza llega a este estilo de poesía consciente con su propio sello en el lapso de 50 años escribiendo poesía. En sus inicios estuvo influenciado por el experimentalismo brasileño y la poesía del Siglo de Oro español en lo castizo.
Este estilo clásico y de ruptura con lo establecido lo descubrimos en los versos que en 1970 publicó el Suplemento El Dominical de El Comercio: “Rumo, me gasto, tramo, monto, rumo toda una tragedia existencial de un hombre”. Poesía muy sugerente para su época.
Como diría Abelardo Oquendo existencialmente Humberto Pinedo usa como terapia los versos para comunicarse. El psiquiatra Alberto Seguín rastreaba este enfoque. Nos muestra la deshumanización del hombre, la lucha contra la cosificación (Herbert Marcuse). Este es un poema con rostro, este es el rostro de un poema, o “zurró a palos a mandón estado, su lomo, su cogote su hocico”.

A pesar de esta ruptura con el lenguaje y con lo establecido, su desesperación para comunicarse es irreversible como sostenía Humberto Eco. Nos habla de otras formas de comunicación y Humberto aporta al lenguaje nuevos giros y signos.

Fue en esta época que junto con el poeta Jorge Ovidio Vega realizaron una poesía de ruptura con el lenguaje, el tiempo y la sociedad. Tamayo Vargas diría que H. Pinedo es un poeta sintagmático y contestatario. En cambio el poeta chileno Flores Letelier sostiene que sus versos parecen una metralla de palabras con contenido social.

Luego en la época de la revolución de Velasco y de la subversión Pinedo logra plasmar poemas más comprometidos y de connotación protestataria: “Los abandonados”, “La vida no vale nada”, “Maestro de pueblo joven”, “Los sirvientes”, “Los pequeños burgueses”. Muchos de estos versos están incluidos en sus libros Topus, Avizor, Convulsión. Poemas donde se incide en la protesta pero usando la sintaxis. Algún crítico diría que estos poemas se parecen a telegramas llenos de sentimiento.

En sus viajes a Cuba, México, Panamá, Venezuela asimiló mucho estas realidades sociales y culturales. Se dedicó a escribir poemas conscientes históricos: “Poema al pie del Teotihuacán”, “Fuerte de San Juan Ulúa de Veracruz” o el poema a La Habana Vieja.

Como se puede apreciar internacionaliza la protesta como cuando el poeta Zanabria descubrió que era un poeta de la conciencia. Porque está comprometido existencialmente con el hombre de nuestra época. “Para qué sirvo, para qué hablo, para qué sirvo”, la condición humana. Complementa estos juicios José Beltrán Peña cuando dice que con sus poemas escarba la realidad actual – “¿Qué somos humanos o zombies?”, “Masacre en Gaza”, “He vuelto a nacer”, “¡Madre mía perdón!”. Humberto Pinedo es un poeta de la conciencia por eso nos hace reflexionar y sentir con sus versos.


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