LUIS PADILLA MARIÁTEGUI
LOS DÍAS DE LA VIDA
“Llegado
el momento, somos más nuestros muertos que nuestros vivos.
con cada ser
amado que muere nosotros morimos un
poco,
es cierto;
pero también es
cierto que ellos comienzan a vivir en nosotros
de un modo que
jamás lo hicieron en vida,
(supongo que ha
de ser porque no podemos defendernos
de su ausencia
como lo hacíamos de su presencia).”
Eduardo Cohen
(1939-1995),
Hacia un arte
existencial.
El
sábado: los encuentros son perfectos.
Ese
día no hay poemas, escuchamos a “Los Mirlos”.
El
lunes no hay luz ni estrellas, dormimos abrazados.
El
jueves siempre llueve, tomamos café.
El
miércoles se lo dedicamos al mar,
dejamos
ir las a hormigas, dejamos en paz a las mariposas.
Leemos
poemas olvidados y los inconclusos de ayer.
El
domingo “morimos un poco” menos,
ese
día recibimos la aurora en la cama.
La
ventana de anoche
hoy
nos deja ver la otra orilla del mar,
la
puerta al jardín hoy se abre hacia la playa.
El
viernes escuchamos al viento,
y
juntamos tu universo y el mío.
Ese
día navego por los mares de tus ojos,
con
las chispas pintamos caminos y montañas
y
por diversión, dejamos que se oculte la Luna.
Los
martes escribo los encargos:
1.
Dejar que la música vuele hacia la luz
2.
Úsese el cuchillo solo para vegetales
3.
Las balas solo harán compañía a la bandada de pájaros;
además
escribo:
“Este
es el día de la semana está consagrado a seducirte”.
Nuevamente
nos perderemos entre nosotros,
nadie
notará tu ausencia o la mía,
nadie
sabrá que nos encontramos
con
los cuerpos del domingo.
No
es necesario que nos dejen ser
algo
buenos o casi malos;
pero
sí, vivir de nuevo con el mundo abierto.
En
el octavo día celebramos
el
aniversario de los siete días,
sin
razones y sin motivos;
solamente
con sentimientos y la madurez perfecta.
Después
seguiré escribiendo…
como
en las últimas veinte horas de la semana,
las
noches seguirán naciendo
también
nosotros empezaremos
a
vivir de nuevo o morir un poco menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario