PALABRAS DE DESPEDIDA A MI MADRE IRENE RENE TABOADA ACOSTA
Por VICTORIA PULGAR TABOADA.
Muy buenas tardes mamá Irene Muy buenas tardes familiares y amistades presentes.
“Todos tienen una madre, ninguna como la mía”, dice la letra de una canción de antología, y hoy en el Camposanto, lo ratifico; porque no hay como mi mamá, a quien hoy dejaremos en su última morada para un encuentro celestial y divino con nuestro Hacedor.
Nosotros que siempre hemos acompañado a otras personas en la despedida final de seres de diversos entornos familiares y amicales, a veces lo veíamos lejano y que a nosotros no nos iba a tocar el deceso de un ser querido; pero sin embargo, la vida muchas veces te da sorpresas, y todo puede suceder en un instante, como es el descanso de mi adorable madre, pero lo asumimos con la resignación divina que nos brinda Dios y comprendiendo un descanso mortal para evitar periplos dolorosos.
Es por ello, que hoy, en la despedida final de mamá, quiero resaltar y agradecer por todo lo que me ha brindado y nos ha otorgado mi madre a todos mis hermanos, fundamentalmente lo maravilloso de la vida, porque cuando fui madre, realmente recién pude comprender el valor y la importancia de serlo.
Mi madre fue una gran persona y quedan como estupendas enseñanzas, su abnegación y lucha por su familia, su sacrificio de velar por sus hijos aun a costa de su propia salud, su palabra que siempre era la más sincera aunque duela, su sonrisa que podría hacer iluminar un día complicado, las alegrías y las travesuras que realizaba por el paso de los años, el amor que nos profesaba sin distingos de ninguna índole, los valores de todo tipo para ser una buena persona, y la valentía hasta el final por el resquebrajamiento de su salud con grandes iluminaciones. Mi madre Irene fue y siempre será una gran mujer no solo para nuestra familia sino para su mismo Huánuco, su últimas morada.
Hoy madre adorada no hemos venido a despedirte, hemos venido a acompañarte para que descanses y velaremos tus nuevos sueños y alegrías con cada una de las nuestras porque vivirás en nuestros corazones, conciencias y mentes. Recibe el amor profundo de tus hijas: Liliana, Karina, Guadalupe, Carolina y la mía, y la de tus hijos: Sandro, Martín, Julio, Andy, Igor y Víctor, y por supuesto de tu gran compañero, don César; y de todas tus nietas y tus nietos, quienes podrán ver y comprender lo mejor de tu valía con el paso del tiempo, pues seguirás viviendo generación tras generación a través de tu sangre.
Madre mía te agradezco por haberme apoyado e impulsado de distintas maneras en mi vida profesional y también en mi crecimiento intelectual para poder haber producido publicaciones en beneficio de la sociedad, y desarrollarlo con los altos valores y ética, por ese motivo la Sociedad Literaria Amantes del País se hace presente, y te honra con el Premio Hortencia, por el Día de la Madre del Escritor Peruano, lo cual me llena de orgullo por ti, y seguiré llevando tu legado por toda la vida que Dios me brinde en este mundo.
Agradezco a todos los familiares, amistades, a mis alumnos universitarios, quienes nos han acompañado de diversas maneras antes y después de la despedida final de mamá Irene. Eternamente agradecidos, y que Dios los bendiga en cada uno de sus hogares.
Anda tranquila bendita y adorada madre Irene al encuentro con Dios, nosotros seguiremos viviendo contigo, esparciendo por la Tierra tus enseñanzas y ejemplo de kilates y de humanismo pleno.
Para finalizar, daré lectura a los últimos párrafos de la Oración al Señor Cautivo:
“Que cuando regrese a mi casa, lleve a los míos la paz de haberme encontrado contigo, Y que en mi pueblo sepa compartir la fe y mi alegría con aquellos que no te conocen. Hoy a tus pies, señor Cautivo, prometo con tu ayuda dejar mi pecado, y vestir el hábito limpio de la santidad, de la verdad y del amor. Amén.
¡Hasta siempre mamá Irene!. GRACIAS.
Huánuco, agosto, 2023. Perú.
