JORGE FLORES PACHECO
20 AÑOS AMANDOLA
¡Oh tocaba el cielo como Santa! ¿qué habrá
querido decir?
¡oh amaba dulcemente! ¿dónde habrá tendido su luz?
Cuál río canta, susurraba y caía, ¡hay!
caía cataratas de hiel,
sí, su canto hermoso, permanece toda una
vida,
como cuando criaturas sensibles bailan
para embellecer el alba de un día.
Los años de mi vida, son los míos, sí,
recuerdo, crecía las raíces
para reabrir el inicio de una nueva
historia.
Hay que ardoroso era la senda defectuosa,
mi pobre cuerpo salía abatido, por la dura
ocasión,
donde heridas de infantes se imprimieron
en el corazón con sentimiento.
¡Oh seres pensantes! sabios de corazón
humano,
con sabiduría hicieron razonar a muchos,
los que ojos ingratos no contemplaron,
corazones nobles siempre lucharon,
y en una mañana a muchos amaron.
Sí, el talón se tendió fuerte en el suelo,
y el amor brillo esplendoroso en el alma.
Donde silueta firme a de fascinarme,
ojos vanidosos a de encogerse en el aire,
donde pechos fogosos a de romperme,
labios de miel suele concederme
besos sabrosos en un día de hiel.
Sí, es cierto mis ojos lloran, y se
ahogan,
sin morir en las lágrimas, y mi corazón,
¡ay mi corazón! Sigue amando sin pausa,
dentro del campo del pensamiento.
Sí, mi hermosa amada se haya en un lugar
donde mi corazón desesperado quisiera
llegar,
para mirarla y abrazarla y sentirla dentro
de mí,
pero ¡hay! Está dormida!
oh gritos de la penumbra entona coros de
romance,
impacto hermoso que levanta a mi amada,
como las flores hermosas salidas de un
capullo,
mira qué mi alma necesita el jugo de miel
que almacena mi amada en su suave pétalo.
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