JANET AZNARAN
COMO DOS PECES SIN AGUA
Sus
lumbreras en diluvio
lograron
que me pierda
en su
aroma,
sed de
angustia percibo
entre
pasillos de alquitrán,
la
silueta de un puercoespín
acobarda
nuestro apacible
lecho
de muerte,
mis
manos cobijan
la
ternura de su mirada,
¡Y
Pienso!...
El me
envuelve con la voraz flama
de sus
suburbios,
pide a
gritos
que lo
bese,
que
mitigue la nostalgia
en
brisa ardiente,
y pide
con prisa
encienda
la lámpara
de
kerosene para sucumbir
en su
boca
como
dos peces sin agua.
Como cuanto escribe Yanet... soberbio y bello.
ResponderEliminarMuchísimas gracias estimado, le envío un fuerte abrazo y muchas bendiciones.
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