domingo, 23 de diciembre de 2018

RODOLFO SANCHEZ GARRAFA: PREMIO / MEDALLA "PALABRA EN LIBERTAD" DE LA SOCIEDAD LITERARIA AMANTES DEL PAÍS.





POEMAS DE RODOLFO SÁNCHEZ GARRAFA



CON VIENTO DEL SUR

En estos versos de cristal
navega un mensaje hacia ti
Con viento del sur a favor
podría llegar a tus manos
No quisiera pensar que esperas
en vano
El avatar me trajo
a un lugar sin escape posible
No tengo compañía
Es posible que jamás te vuelva a ver
Nuestra cita formal ha sido cancelada
por una tercera mano
Solo cumplo con decirte que lo siento
y nunca sabrás cuánto
Nunca.

(De Séptima columna)






NI SUS OJOS... NI LOS MÍOS

Sin importar cuán grande
Sea esta ciudad
Y cuán difíciles sus calles
Encontraré lo que busco
Pueden apostarlo.
-Dijo ella-

Más tarde
Estando frente a frente
En las venas de la gran mole
De acero y concreto
No hay elección posible.
-Dije yo-

El empate era algo
Remoto pero posible
Había que considerarlo.
Bastó un movimiento en falso
Fue mortal... Ya nada importa
Ni sus ojos... ni los míos.






LA PROMESA DE TUS BRAZOS

Hay un sol
bajo tus labios
No necesita demostración
Queda un teorema insoluto
El misterio de tus ojos.

Solo cerrando los ojos encuentro posible
abarcar el infinito en tu presencia.
Bástame haberte visto una vez para soñarte en el día
y gravitar por siempre sobre tu cuerpo.

Va más allá de la sin razón pura,
de la coyuntura,
de los desplomes de cualquier bolsa,
de las debilidades adquiridas.
Es un tropismo genético el que me arrastra
a la promesa de tus brazos.

Hay un sol
bajo tus labios
No necesita demostración
Queda un teorema insoluto
El misterio de tus ojos.






¡APÚRENSE SIRENAS!

Sirenas
¡Matadme con vuestro canto!
Mas dejad que pueblen el mundo
Todos mis demonios, que son muchos.

Avatar
Nada diré de ti
Sobre las alas
Del viento ayrado
Con Y de alma
Dividida.

Hay tantas cosas que decir
Tantas cosas que decirte
Me muerdo los labios
Los labios a sangrar
A sangrar en cada gota
Que calla
Que grita
En silencio.

¡Apúrense sirenas!
La Tierra nos espera desde ayer
Hola arena
Hola olas
Hola mar.





POR CADA UNO DE TUS CABELLOS

Con irresistible porfía
De escurrir el deseo
Sobre tu piel expuesta
E insinuada con sutil
Reserva
Me descuelgo
Por cada uno de tu cabellos
Mojados
En la soledad que a ti
Y a mí nos abruma.





LE DIRÉ A ZOILA QUE NO TE HE OLVIDADO

En la bruma mi corazón echa mano a sus radares
Tarde llego a ti a tu campo de aterrizaje
Con las cuencas encendidas de sobrecarga.
Tristeza ven conmigo hacia la luz —le digo— .
Mis ojos de tus sueños no pueden separarse.
Amor mío en hondas quebradas dejamos el ayer
Los rastros que quedaron en el camino
No siempre son oscuros.
Por las noches mi corazón extiende desesperado las manos
Solo el cielo tranquiliza las aguas que crecen.
Arden nuestras naves sobre la balanza y los mundos
De ayer y hoy se encuentran cara a cara.
Andorra Londres Madrid son apenas puntos sepultados
En la corteza de la Tierra.
Los peces ondulan en el mar a despecho del dolor.
Si el día debe morir que lo haga de manera gloriosa.
A veces siento haberle ganado al tiempo
Como ahora que toco suelo duro y de pronto
Pienso que hiciste bien en decirle a Zoila de lo nuestro.
Por un momento el pestañeo de la memoria asoló la tarde
De otoño se hizo difícil buscar el abrigo del Sol a tajo abierto.
Le diré a Zoila que no te he olvidado que te sigo amando
Que si bien han pasado muchas aves por el cielo
El encanto de las horas azules perdura.
Confío que quiera escucharme y entienda
Lo que voy a decirle.
Le diré que la tristeza está lenta caprichosa incomprensible
Esta tarde en que a fuerza de estevia procuro endulzar
Las sombras sin esperar las promesas del amanecer.
Quizá ella te haga saber cómo pluma en ristre
Voy sobre el viento de batalla.
No callaré lo que ocurre debo curar la pena.
Podrá difuminarse la ciudad y ocultarse la luz del día
Pero tus gestos las letras que dejaste escritas
Me son inagotables.

(En La Manzana Mordida 105)






VIENTO DE BATALLA

Marcho al frente
sobre el viento de batalla
Mi ejército tiene el poder
de mil dragones
Nuestras armas y coraje han
batido enemigos en
los cuatro confines de la tierra
Rebeldes
Invasores
lobos del desierto
rapaces de las montañas
todos fueron aplastados
todos exterminados
para gloria de nuestro emperador.

General de tropas invencibles
soy enseña de mis soldados
sostén de cualquier afán
de conquista
de castigo
de escarmiento
No hay fragor
que me inmute
ni grito que me distraiga
Pero ¡Ay! En estos tiempos
me preocupa
el invierno de los años.

(De Al di là)





          SEGÚN LAS HORAS


Al escribir me desprendo de partes
de mi ser.
Al escribir me siento planta
de la que aún brotan ojos de hojas y de
extensiones que insinúan el anhelo
de ocupar el espacio y distraer al tiempo
de sus grandes pre-ocupaciones.

Al escribir pienso el amor
como llenar los vacíos de un cuaderno
como vaciar un vaso del trago que espera
ser sorbido.

Según las horas escribo de distintos modos
Al amanecer
las palabras van desnudas a la ducha
y el chapuzón salpica aquí y allá
sueños que no se van por completo
tareas que no tardan en llegar.

A la hora de tomar el desayuno
uno que otro pensamiento me detiene
juega con el hambre
se hace odiar por mi mujer
que no cesa de llamar.

A media mañana tiro las ideas sobre la silla
o cualquier mueble a la mano
me abro la camisa respiro para probar
que soy yo mismo que sigo siendo el mismo
que todavía retengo el hilo con el que juega
el gato que por las noches caza en el jardín
y en los techos.

A medio día suelo estar malhumorado
y el ánimo tiñe de grises y hace garabatos
en mi cuaderno y en la pizarra de emergencia
No obstante anoto con esfuerzo la bilis
los zumbidos molestos en el oído
y el deseo de salir a correr lo más cerca posible
  al mar.

A la hora de almorzar ya no leo revistas
ni el diario como hacía antaño
Me concentro en la comida frugal
tal como en los libros que resalto en amarillo
Lo que es benévolo para mi estómago
lo es también para mi mente
Me preparo para tiempos de escasez
y los libros de poemas se amontonan sin medida
en mi refugio antianatómico.

A media tarde me tranquilizo un poco
domino al angustiado al loco y a la cabra
que se come mis papeles.
Cuando oscurece toco mi cama por dentro
buscando las partes más frías
que dominen mis calenturas y mi fiebre recurrente
del ¡he-no! ¡aquí no!
Entonces hago notas en la memoria
o en un trozo de papel cogido al azar.

Todo el día batallo con mi laptop y aún parte
de la noche aunque algunas horas me encuentran
orando al modo infantil.
La medianoche me halla si puedo durmiendo.
Cuando doy por concluido un escrito
las partes de mi ser se rearman
y mi rota cabeza se recompone.

(De Helio-tropos)


No hay comentarios:

Publicar un comentario