sábado, 26 de enero de 2019

PALABRAS DE AGRADECIMIENTO DE LILIANA MIRANDA MANIFESTADAS EN LA INAUGURACION DE LA EXPOSICION "EL PULSO DE TU SON"


                                                            LILIANA MIRANDA


Gracias por estar aquí esta noche y poder compartirles un poco de mi sentir por Cuba.

Mi primer viaje fue en el 2013.  Llegué con expectativa, emoción y un poco de temor por su historia de luchas y sometimiento. Mi primera fuerte impresión: el aeropuerto de La Habana.  De allí sale mi primer verso:  Me saliste al paso Juana/ Con tu olor a rancio/ Y tu porte militar. Una mezcla de aroma a sótano, mano militar y música. Fue caminando La Habana que me faltaron ojos y manos para recoger lo que iba descubriendo, pues sus muros, sus balcones, su gente, sus rejas, me hablaban sin parar. A pesar de la evidente escasez, al cubano le gusta arreglarse, lucir bien. Me prometí volver para ir a sus provincias. Fue en ese primer viaje que entablé una amistad con la querida y controversial poetisa, como allá les llaman, Carilda Oliver, que se fue alimentando con intercambios de libros, llamadas, y escritos.

                                                     Razones del óxido. La Habana 2018


Volví en el 2016 al V Festival de poesía La Isla en Versos, recorrimos más de 600 kms hasta Camagüey, palpando su poesía, sus carreteras, su arquitectura, sus carencias. Conocí gente de bellos rasgos y gran talento para la música. Vi a los niños sonrientes en las calles en las Romerías de Mayo en Holguín y escuché a los chicos rebeldes al sistema.

                                               Los tendales de Maritza. Matanzas 2018


En enero del 2018 volví a Cuba a pasar mi cumpleaños y a buscar a Carilda hasta la ciudad de Matanzas, el tiempo corría en contra pues sabía que estaba mal de salud.

    Feroz Irma. Aquí estuvo la Virgen de la Caridad del Cobre. Malecón de La Habana, 2018.

En La Habana tuve algunos percances, conocí a Niurka, ella no tiene ni idea de que está aquí, en esta muestra. Dormí poco, caminé muchísimo, descubrí también la belleza del óxido. Llegué a Matanzas y finalmente estuve en la Calzada de Tirry 81, el lugar de las tertulias poéticas y esa singular historia de amor: la casa de Carilda Oliver. Volví a La Habana, cumplí un año más bailando con las estrellas, caminando nuevamente sus calles, aspirando su idiosincrasia. Siempre habrá un motivo para volver a este país único en el mundo, cubanos que se reinventan, que destacan, que luchan por su libertad y viven también con la nostalgia clavada en el alma. 


LILIANA MIRANDA. 

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