viernes, 11 de enero de 2019

GONZÁLEZ VIGIL, POR LOS CAMINOS DEL AMOR. Por WINSTON ORRILLO.






        Pues no,/ no cierro la ventana para conservarte un poco,/ porque sé       que no eres tú,//soy yo/ quien se me está perdiendo”
                                          RGV
                                               

Un discurrir desde el amor adolescente, un pasar por los periplos de la evolución, del crecimiento de la pasión –sensualidad, reino de los orgasmos inalienables-  hasta arribar al reino de la pareja, del matrimonio: nada menos que del culto a… la esposa!
Me atrevo a decir que la suya es una de las escasas poéticas en las que se rinde enfervorizado culto a la pareja legal –o legalizada.

Cosa singular entre las muchas rarezas que podemos hallar en el reciente volumen de Poemas de amor, de Ricardo González Vigil (Mascapaycha Editores) que, de este modo, deviene en un mapa desde los tímidos escarceos adolescentes, hasta lo que, para él, es el non plus ultra: el matrimonio, la amada…esposa.
Conocido como toda una autoridad en la literatura peruana, por sus muchos y muy enjundiosos volúmenes de ediciones completas de numerosas antologías –y críticas- especialmente de Cesar Vallejo (su leit motiv), el Inca Garcilaso, José María Arguedas, entre varios otros (y todo, paralelamente, con su desempeño como Profesor Principal (ya jubilado) de la estimada Universidad Católica.

Amén de su desempeño (polémico, como tiene que ser) en el área del periodismo llamado cultural (crítica periodística, se dice) muchos años en el polémico Decano de la Prensa Peruana y, hogaño, en la no menos polémica revista Caretas.

Sea lo que fuere, me adelanto a decir que si expongo el dilatado c.v. de nuestro autor, no me alcanzaría el espacio del que dispongo para pergeñar algunas citas de su sui generis poetizar.

Y como, seguramente, ha llamado la atención mi referencia a lo que podríamos denominar el amor “doméstico” (que no quiere decir domesticado) transcribimos, un largo fragmento de “Génesis cotidiano”, texto absolutamente singular en una literatura ahíta de “poetas malditos” o polémicos como la beat generation, “Hora Cero”, etc

Esta es una poética de la vida diaria, y no por ello menos válida y, por lo menos, original de toda originalidad: He aquí el texto “Génesis cotidiano”: Es el momento de “despertar” y reinsertarse en la vida de “todos los días” (no era, pues, imposible, poetizar esto). Leamos:

 “…La realidad comienza a imponer sus contornos/ a mi voluntad y mi imaginación.//Amodorrado todavía estreno mis pasos/ y descubro mis facciones al lavarlas./ Mientras me visto rutinariamente/ las plantas me cubren de oxígeno/ desde todas las ventanas, liberando árboles/ en mi tronco, en mis extremidades./ Convocado por el verdor asomo al jardín/ para que el sol me habite, los animales/ de la casa me circunden y mi ser entero/ emerja a plenitud.// Es entonces que mi esposa brota/ condensando todo (luz, firmamento, aguas,/ suelo, jardín, sol, seres vivientes):/ la abrazo al centro de la existencia,/ nacida de la espuma de mi corazón,/ haciéndolo corazón en tanto tener corazón/ supone ser pareja, comunión, sangre compartida./ Por fin estoy completo:/ recreado por el amor, para el amor, todos los días”.

Y, como obsequio al atento lector, reproducimos, aun, dos textos más (porque lo que este periodista cultural quisiera es haber despertado la apetencia por la degustación de una poesía que no deja de sorprendernos):

Aturdido “(hay tanto amor) / callo al poema// lo escucho no lo escribo

Y un fragmento, el final, de este poemario singularísimo: 

“gozarnos quiero en todo, en cuerpo y alma,/ María compañera de mis huesos,/ y así, en la hora postrera de la calma.// seremos noche, arco iris, soles presos,/ música celestial que Amor ensalma,/ un solo corazón latiendo a besos.”

¿Verdad que les ha gustado más, leer estos poemas (sus válidos fragmentos) que aburrirse con la lectura de un desmesurado curriculum vitae que, facilmente lo halla en google?

En fin, la lista de blasones del autor es interminable, pero, lo más válido es que RGV se halla en plena creación, máxime en estos momentos en que la siniestra parca discurre, en especial, entre los mejores; y vaya si son creadores, artistas de la palabra, ella dice: “adelante” y blande su inoportuna guadaña. 

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