domingo, 20 de enero de 2019

AYALA, YATIRI, CREACIÓN DESAFORADA Y COSMOGÓNICA. Por WINSTON ORRILLO.


                     José Luis Ayala: Premio "Palabra en Libertad de la
                                      Sociedad Literaria Amantes del País.


            “Y al tercer día de los sufrimientos/ cuando todo se crea consumado/
            Ha de volver…/¡ Y no podrán matarlo.
                                                                                   Romualdo
                                                          
 
Varias veces me he propuesto, lo confieso escribir sobre José Luis Ayala, el muy querido Yatiri (adivino, chamán), a quien yo considero paradigma de la creación de su (nuestro) Puno entrañable.

Pero, oh paradoja, me ganaba él con su creación “desaforada y cosmogónica”: y mientras preparaba los materiales para la primera redacción, ya él estaba en otra cosa (es decir, en otro libro, o crónica o reseña biobibliográfica.)

Según la nota de solapa de uno de sus volúmenes, nació en Puno en 1942 (soy mayor que él por un año: pero él es mayor que yo por cincuenta  libros).

Y, en cuanto a los llamados “géneros literarios” no se ha conformado por transitar por aquellos ad usum, sino que ha creado, v.gr. cronivelas, croniensayos y libros intertextuales

Es decir, no le son suficientes los géneros ya existentes  para lograr expresar lo que sigue hallando en su permanente peregrinar por el mundo de las otrora llamadas “bellas letras.

Por ello, cuando me llega alguna de sus creaciones actuales, yo me estoy, ya, preguntando, de qué tratará el venidero.

Como todos los grandes, José Luis es un peregrino del (en el) mundo. Entre 1971-73, estuvo en la tierra de Baudelaire. Donde, amén de haber cultivado la amistad de las luminarias que siempre abundan por allí, frecuentó la casa de Desirée Lieven, mujer dedicada a la defensa de los derechos humanos, conculcados por esta sociedad que apócrifamente blasona de humanista.

Sobre Desirée Lieven es un libro de casi 500 páginas en las que nos descubre a una autora que, con toda seguridad, no era conocida sino por la inmensa minoría de su círculo parisién. Desirée Lieven, mujer libertaria y humanista es una presea (una más) en la inexhaustible bibliografía de nuestro autor. Y, precisamente, cuando me hallaba en uno de sus picos más altos, viene un artículo, una crónica, de JLA,
Y es en el periódico dominical cuando redescubre grandes autores vedados y vetados por no pertenecer al mundo de la feria mediática, realmente existente.
Numerosos autores, puneños, provincianos, latinoamericanos, desfilan por las páginas emblemáticas del querido Yatiri.

Uno de los leit motivs de JLA, es la plena reivindicación no sólo de la figura del héroe de Tungasuca y de su heroica esposa, Micaela Bastidas, sino de la prole relevante que ellos tuvieran. (Véanse Juan Bautista Túpac Amaru, Fernando Túpac Amaru Bastidas).
Pero asimismo se hallan sus páginas indelebles sobre ilustres puneños, como el universal Carlos Oquendo de Amat, o su estudio sobre El Cholo Vallejo, así también su desmitificador volumen (silenciado por la claque): Los abismos de Vargas Llosa.
En fin, según estadígrafos son, por lo menos, setenta los libros del Yatiri.
Solamente algo para concluir (provisionalmente): lean lo que puedan del cholo Ayala (como a él le gusta que lo llamen).

Mi mayor y más humana cercanía con él fue al coincidir en un viaje a la patria de Rubén Darío y de Sandino (auspiciado por el poeta y combatiente revolucionario -ahora temporalmente alejado de nosotros-Tomás Borge Martínez, , quien nos hizo recibir por el gran Danielito Ortega, combativo presidente Nica, el que ordenó, de inmediato a su chófer que nos buscara y llevara al aeropuerto, para nuestro retorno a Limalahorrible.

Aquí, esporádicamente, nos vemos, pero sobre todo, nos leemos, y coincidimos en los homenajes y los combates por la misma causa universal de la justicia y los derechos humanos.

Juntos defendemos a Cuba revolucionaria, Venezuela bolivariana, la República multinacional de Bolivia y, últimamente, frente a  la arremetida “contra” para defenestrar a Danielito Ortega que, cómo no, auspicia el imperio de Trump, que –dicen- es  ser de otro planeta que está, aquí con la conspicua  misión de acabar con el nuestro.

Mientras hago estas líneas dominicales, siento que el Yatiri José Luis Ayala, prepara un ensayo, pergeña algún artículo o le da forma final a algunos de los volúmenes que lo tienen en el cénit de la producción bibliográfica en la Patria que, es un honor para el suscrito, comparto con él.

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