miércoles, 30 de noviembre de 2016

FIDEL ES EVITERNO. Por WINSTON ORRILLO


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            Tomo conocimiento de un nuevo cumpleaños del querido Comandante, cubano y ecuménico, Fidel Castro Ruz. Ya pasó los 80, pero esto es, en realidad, un dato irrelevante.
Lo que a mí me parece es que él es un ser eviterno. Es decir, sin comienzo ni fin. Como un elemento del orden universal, que se resiste a ser barrido, no obstante todos los esfuerzos que los sempiternos enemigos del  hombre, los tanatofílicos y tanatólatras de antaño y hogaño, despliegan.

Pero allí está Fidel, el del Moncada, el del Granma, el de la Sierra Maestra, el de Playa Girón, el de la Crisis de los misiles, el de todas y cada una de las vicisitudes que la Revolución que él, bajo la inspiración del preclaro José Martí, encabezó en su (nuestra) Patria, Cuba, desde el 26 de Julio de 1953, con el Ataque al Cuartel Moncada.

Pero el tiempo no transcurre en vano, y lo perecedero de la ladera humana, tiene su natural desgaste. Y, en efecto, Fidel salió de una grave emergencia médica, y, cuando todos pensaron que había tirado la toalla, cuando los enemigos del hombre dijeron que el Hombre ya no era; de pronto, dando un rotundo mentís a la desinformación, al terrorismo mediático, como el Ave Fénix, emerge, reconstituido y con ese reclamo que solo un hombre de su valía puede encarnar.

Físicamente, al parecer no aparecía; pero, dentro de nosotros, cotidianamente, se alojaban sus palabras en esa suerte de cadena de buena  humanidad que eran –son y serán- sus artículos que, cotidianamente, servían, en la prensa cubana y universal, como un nuevo gonfalón, como un periscopio sui generis,  en la renovada batalla de esta gran humanidad, que ha dicho ¡basta! y cuya marcha de gigante ya no se detendrá hasta conquistar su Segunda y Definitiva Independencia…aquella que ya asoma con las primeras luces del ALBA, en las piedras miliares de las patrias que siguen la égida del 26 de Julio, y que son, en definitiva, las palabras y acciones mayores, ahora presentes en la República Bolivariana, de nuestro Hugo Chávez;  en la entrañable Nicaragua Sandinista de Daniel y el FSLN; , en la altiplánica Bolivia del universal Evo Morales, en el Ecuador de Rafael Correa,  irreverente frente al imperio; en Uruguay, en El Salvador, en la Patria del Che…en fin. ¡Esto no lo detiene nadie”. ( Pero no hay que olvidar que el venero es el hombre que cumple años, el mejor Hijo del Apóstol, del Revolucionario, del Poeta, del inabarcable José Martí).

Fidel ha vuelto, en estos días,  a vestir ese uniforme verde olivo –claro que sin los símbolos militares que, al fin y al cabo, no son sino eso: símbolos.

Pero el hombre ha vuelto a ocupar su lugar cimero de líder indiscutible del Hombre. Sigue escribiendo, sigue opinando, conmina a Obama para que no ceda al  chantaje que quiere hacerlo líder de la hecatombe atómica.

En fin, Fidel está más joven que nunca.

Porque juventud implica atender a las ´improbas tareas que exige la hora neurálgica en la que vivimos, y que se pueden resumir en las demandas del Comandante en Jefe, Fidel –así porque él ya no necesita apellido- para que la especie  humana no sea barrida por el Holocausto nuclear , que asoma en las flotas y flotillas del imperio y sus cognados, en maniobras suicidas para amedrentar a la entrañable patria iraní, que lo único que reivindica es su derecho a la igualdad, frente a las numerosas aves de rapiña,  que bien premunidas de armas deletéreas, pretende acorralarla.

Feliz cumpleaños, Fidel, poeta de ese Nuevo Mundo, cuya canción de gesta tú encarnas.

Winston Orrillo, Premio Nacional de Cultura del Perú

  La Calera, Lima, agosto 13 de 2010

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