domingo, 12 de mayo de 2019

TODOS LOS DIAS SON DE LA MADRE. POR JOSE BELTRAN PEÑA.


                                    
  
 
 
                    TODOS LOS DÍAS SON DE LA MADRE


(Un saludo muy especial por el DIA DE LA MADRE, pero sin esas palabras trilladas, repetitivas, sosas y hasta hipócritas que se siente en algunos escritos. Y digo especial porque existen madres muy interesantes pero sacrificadas que dejan y dan todo por el bienestar de su familia o hijos).
 
Mi saludo a la madre que sin haber parido entrega su valioso tiempo por la existencia de un ser humano.
 
A la madre dizque clasemediera que labora como secretaria y tiene que hacer de todo para tener trabajo y no ser despedida por edad, para que sus hijos terminen la universidad, incluido acostarse con el jefe.
 
A la madre que nos limpia las calles de la ciudad en su mismo día, para que nuestras casas estén más bonitas.
 
A la madre prostituta que entrega su cuerpo para que su familia se alimente, en especial sus hijos sin padre conocido.
 
A la madre jovencísima que se ha casado con un viejo para salvar el honor, status y economía de su familia, llegando al sicólogo por falta de vida.
 
A la madre que pide ser amante porque su marido lo es solamente en un papel y necesita un hombre que la quiera y le alegre la vida antes de suicidarse.
 
A la madre que sacrifica su belleza por dársela a lo negativo de la vida en beneficio de sus hijos que ya son mayores y siguen durmiendo.
 
A la madre serrana que bajo el fogón cocina desde antes que cante el gallo, para alegremente dar el desayuno a su familia.
 
A la madre selvática descalza quien le compra ahorrando, sus vestidos, cuadernos  y zapatos a sus hijos.
 
A la madre que nos da una sonrisa sin alma al hablar de sus hijos que son maravillosos y muy humanos a pesar que son delincuentes o asesinos.
 
A la madre poeta que está mal vista por la sociedad peruana con adjetivos diversos como loca, calzón suelto o rayadita.
 
A la madre orgullosa que perdió a su único hijo en defensa de la vida o de la patria, reconfortándola que no fue un cobarde.
 
A la madre que tiene que abrazar con las piernas al marido calladita a pesar que se apagó el amor porque se puede estropear el futuro económico de sus descendientes.
 
A las madres de distintos colores y sabores, todas bellas y peruanas, que estoicamente aceptan un camino pedregoso pero con la esperanza de una luz al final del camino sin machismo ni racismo.
 
A mi madre que en encuentros incansables de amor, placer, sexo, alegrías y vida, dieron existencia a este ser que tiene múltiples defectos y se supone que algunas virtudes, logrando matar a la muerte y al silencio.
También mi saludo a las otras, a las que fueron y hoy son abuelas, a las que son y a las que serán, que por inteligencia, suerte o bendición del Señor tienen una vida humana más humanizada.
¡Feliz Día de la Madre, todos los días!.

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