POEMA
Recorrí una y mil veces la pálida avenida del silencio.
Nada hallé sino el inmenso temor de no acariciar un
último poema.
Un poema de versos simples .
Un poema sobrio sobre mis
pocas ganas de respirar este mismo aire.
El horror me ata de pies a cabeza.
Ha paralizado mi mente y la engaña.
Conozco sus métodos cotidianos, la tortura
de vivir enraizada . mis uñas enterradas en el miedo,
Son tardes como hoy, cuando decido no luchar más
contra el
monstruo devorador de pequeñas alegrías , que pisotea
como flores mi jardín.
.
Quizás mañana esta sensación de oprobio
haya languidecido con las primeras horas y cante
otra vez el himno victorioso.
15.05.2017
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