sábado, 2 de abril de 2022

SOY PERUANO. Por ROGER CASALINO CASTRO.

 


ROGER CASALINO CASTRO

 

           SOY PERUANO

 

Nacen los ríos en las cordilleras

servidos por aguas cristalinas,

lágrimas plateadas desprendidas,

de los nevados picos que nos miran.

 

Agua libre que baja cantando,

entre rocas, cascadas y quebradas,

agua que arrastra tierra nueva,

para humedecer los cauces empedrados,

de los valles lánguidos y tristes,

cicatrices viejas que surcan la costa

apretujada por el mar contra los cerros.

 

Fui león cuando eran fieras sin melena

y caminé las cordilleras cual paciente puma.

 

Fui tigre colmillos de sable,

y también jirafa lanuda de cuello corto,

y convertido en llama vagué por las alturas,

entre volcanes y altiplánicas llanuras.

 

Antes de que los ríos cavaran valles,

cuando ya los halcones de afiladas garras

cazaban al vuelo aves y serpientes,

¡yo fui cóndor! Robusto rey del cielo,

dominando los aires de la costa y de la sierra

para proteger mi especie del terrible hombre.

 

Fui animales hermosos, vanidoso y cruel

Por ello pagué el precio vil de mi soberbia,

cuando al nacer de nuevo, nací humano,

salvándome tan sólo, por nacer peruano.

 

Comprendí que era parte de algo grande,

al percibir la nobleza de mis vidas anteriores,

cuando pude volar sin agitar las alas,

o cuando felino: fui cauto y silencioso,

y convertido en dios...

colocaron mi cabeza en los altares.

 

Desde pequeño aprendí que ser peruano,

es escarbar camotes con las manos,

saciar la sed de saber de todo niño,

arrancando achiras y papas de la tierra.

Fruto bendito del sacrificio del incario.

 

Fui peruano con los pies descalzos en la arena,

caminé sus playas, sus quebradas y sus valles,

crucé los ríos nadando en turbulentas aguas,

y dormí en la ribera bajo un árbol refrescante.

 

Soy peruano a pesar de los errores.

Siento un Perú gritando que esto es mío.

 

Debo entonces luchar por la justicia,

con la ilusión de que haya papas para todos.

 

Amo al Perú de los milenios de cultura,

amo al Perú que no conoce fronteras ni ataduras.

 

Amo la aridez y soledad de sus desiertos,

y el serpentear de los ríos de su selva.

 

Amo al Perú de cordilleras y cañones

donde brilla el Sol del Incanato,

donde los picos nevados son guardianes,

que miran fríos hacia oriente y occidente.

 

Soy peruano porque así lo quiso el tiempo,

soy tan peruano como las minas y el petróleo,

como las aguas de sus ríos al caer,

doy mi sangre, como ellos la dan al amazonas.

 

Soy del Perú del Cuzco y Machu Picchu,

de sus tradiciones, Iglesias y balcones,

¡de la costa, de la selva y de la sierra!

 

¡Soy un peruano, que vive su Perú!

¡Siento un Perú gritando que esto es mío!

 

 

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