(Retrato de Einston Orillo por Bruno Portuguez.)
NICARAGUA, SANDINO Y LA
LUCHA INTERMINABLE Y VICTORIOSA DE NUESTRA AMÉRICA. Por WINSTON ORRILLO.
“Eres
los Estados Unidos,/ eres el futuro invasor/ de la América ingenua que tiene
sangre indígena,/ que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.”
Rubén Darío: “Cantos de vida
y esperanza”
La mayor prueba de la justeza –y justicia- del Sandinismo
nicaragüense, es la de formar parte de las vivas apetencias que el imperio “norteamierdicano”, manifiesta aquí y
acullá.
Junto con la Cuba
de Martí y de Fidel; la Venezuela de
Bolívar y Hugo Chávez –y ahora comandada por el Presidente, Obrero Nicolás Maduro- son las hasta hoy fallidas pretensiones
del sin ninguna duda trastabillante ex amo del mal llamado “mundo libre”.
A pesar del escozor
del tiranosaurio yanqui, apellidado Trump, la entrañable Nicaragua combativa y
combatiente, conmemora un aniversario más del muy glorioso 19 de Julio, fecha
del triunfo de los patriotas sandinistas, que expulsaron al multiasesino chacal
que, en el poder, era amamantado por USA.
Nicaragua, la patria de Rubén Darío y de Sandino –ambos
libertadores y epónimos en sus respectivas especialidades- empezó, desde ese 19
de Julio, su camino claramente irreversible, hacia la libertad y el gobierno
ejemplar del pueblo.
Gobernado, hoy en día, por el cpro. Daniel Ortega, a quien acompaña
la relevante poeta “Charo” Murillo, la nación “nica” se mantiene, sin embargo, con
la guardia en alto.
Las águilas no dejan
de acechar, y esto lo probamos,” verbi gratia”, en la forma como “ladran” los
mercenarios de la llamada “prensa libre, en nuestro propio país, ya que no
dejan pasar oportunidad alguna para difamar al pueblo “nica” y a su gobierno
enhiesto.
A este pequeño pero paradigmático país le sobran héroes
inmortales como los compas Fonseca Amador, y nuestro entrañable Tomás Borge
Martínez –el que perdonara, humanísticamente, ante el asombro de éste, a su
torturador. Borge nos honró al ejercer (hasta su muy lamentable deceso) una
impoluta y ejemplar función diplomática, como Embajador nuestra la patria,
adonde, en su alto puesto, hoy en día, rutila Marcela Pérez Silva, como
embajadora activísima y paradigmática –y, además, quedan sus hijos
nica-peruanos. (Y hasta hay, ya, un
nieto de Borge en nuestra patria.)
El camino es pedregoso (el peligro intervencionista acecha),
pero el pueblo nicaragüense, y su Gobierno, sabrán defender sus derechos y
continuarán dando, día a día, ejemplo de su conciencia patriótica e
independiente.
Con el poeta y yatiri José Luis Ayala, nos cupo el honor de conocer
este rutilante territorio de la gran patria latinoamericana, luego de concurrir
a un Congreso Internacional de Poesía (no olvidemos que es la patria del autor
de Cantos de Vida y Esperanza, del
fundador del revolucionario Modernismo de la Literatura de nuestras Letras
creativas).
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