domingo, 5 de julio de 2020

PALESTINA, DARWISH: LA LUCHA CON LA POESÍA Por WINSTON ORRILLO.









PALESTINA,  DARWISH: LA LUCHA CON LA POESÍA

Por WINSTON ORRILLO.



                                           “Y no podrán matarlo”
                                                           Romualdo

Más urgente que nunca, hoy, cuando los sionistas, alcahueteados por el imperialismo yanqui y todos los nefandos neoliberales, pretenden seguir desmembrando el sagrado territorio Palestino, ahora es cuando  urgentemente, debemos cerrar filas –todos los hombres dignos del mundo- en defensa de la patria de Yásser Arafat.

Y las armas son muchas, y, en nuestro terreno específico, tomamos a la altiva, a la invicta poesía, al homenajear al admirado poeta palestino,  Mahmus Darwish, inmenso bardo, nacido en la aldea de al-Barwa, Galilea, en 1942, pero cuando su patria pequeña, fue invadida y destruida por las tropas sionistas, en 1948, se refugió con su familia en el Líbano, de donde, acicateado por la nostalgia del lar vernáculo, regresaron clandestinamente a los territorios ocupados, donde estudió con fervor la lengua árabe, y se incorporó, desde 1959, al grupo Al Ard (La Tierra), para difundir, pese a la implacable censura de las autoridades sionistas, su producción literaria y la de sus camaradas, hasta 1965.

Luego, vino el surgimiento del  Partido Comunista Árabe, o Rakash, que tuvo gran resonancia en las masas árabes, y en cuyo órgano de prensa, publicó, nuestro autor, sus textos, entre ellos fragmentos de su epónima obra Enamorado de Palestina.

Es perseguido y encarcelado por el lanzamiento de su colección de poemas, Pájaros sin alas, en 1960. En el 65 fue nuevamente a la ergástula, esta vez por editar, en 1964, Hojas de olivo;  y volvió, a prisión, en Haifa, por su Enamorado de Palestina.

Ante tanta carcelería y asedio constante, nuestro autor emigra, en la década del 70, a varios países socialistas de Europa, y  a Egipto, hasta que llegó al Líbano, donde hizo gran labor cultural, que se suspendiera por la evacuación de las tropas palestinas.

Su enhiesta posición revolucionaria y la muy alta excelencia de su poética, le valieron importantes preseas internacionales, como el Premio Lotus, de la Unión de Escritores Afroasiáticos; y, en 1983, el altamente consagratorio Premio Lenin de la Paz. En 1987, fue distinguido participante del Foro Mundial contra la Guerra Nuclear, que se reuniera en Moscú (al que, asimismo asistiera este cronista, junto con Arturo Corcuera: allí conocimos  a decenas de luminarias, como Claudia Cardinale.)

Lo dice Daniel García Santos, autor del prólogo  a la edición, que de la obra poética de Darwish hiciera la cubana Editorial de Arte y Literatura, en La Habana: la creación de nuestro autor es ardiente, renovadora y vibrante, en la que lo Palestino es el motivo recurrente.

Leamos un fragmento del poema Carnet de identidad de MD:

  “Escribe/ que soy árabe;/ Soy nombre sin apodo./ Espero, paciente, en un país/ en el que todo lo que hay/ existe airadamente…//Escribe / que soy árabe,/ que robaste las viñas de mi abuelo/ y la tierra que araba, /yo, con todos mis hijos./ Que solo nos dejaste,/ estas rocas…/ ¿No va a quitármelas tu gobierno también,/ como se dice…?//Escribe, pues…/Escribe/ en el comienzo de la primera página,/ que no aborrezco a nadie,/ ni a nadie robo nada./ Mas que si tengo hambre,/ devoraré la carne de quien a mí me robe./ ¡Cuidado, pues…!/ ¡Cuidado con mi hambre y con mi ira!

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