miércoles, 29 de julio de 2020

"ORFANDAD". Por ROGER CASALINO CASTRO.









                            ORFANDAD


Una lágrima le recorre la mejilla
horadando profundamente su niñez;
abandonado solamente por nacer
como resultado de una noche de placer,
sin esperanza de llegar a la vejez,
bajo un sol que para él... no brilla.

Cada mañana despierta entumecido
y se despoja de periódicos y trapos
que lo cubren de la rodilla a la cabeza
y asomando con su cara de tristeza
acomoda inocente los harapos,
arreglándose el pelo... adormecido.

Con el ceño fruncido por el frío,
las manos percudidas al bolsillo,
las rodillas sucias y los zapatos rotos;
su ayer sonando a tiempos remotos,
su hoy es lograr, hambriento, un panecillo,
su mañana... inexistente... es sombrío.

Busca en cada mirada una ilusión
persiguiendo en cada marchante una esperanza,
para desvanecer su angustia... una palabra;
mira al cielo rogando porque se abra
y aparezca el sol de la bonanza
para calmar el dolor... de su pasión.

Es un niño perdido en el camino,
dando tumbos al compás de circunstancias
que le juegan pasadas dolorosas;
pero un día llegarán almas piadosas,
para llevarlo a vivir otras estancias
y rescatarlo... para un nuevo destino.

Entonces él sabrá lo que es ser niño
y podrá sentir lo que es abrigo,
y podrá comprender lo que es amor;
desde entonces sentirá menos temor
al compartir su pan con un amigo,
ofreciéndole su mano... con cariño.

Ahora podrá aceptar sueños hermosos:
que la esperanza es superior al abandono,
que la ilusión es más fuerte que el olvido,
que la emoción está en ganar tiempo perdido
y que, aunque nadie me perdone... yo perdono,
pues la bondad y el amor... son maravillosos.


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