CORINA
Por
WINSTON ORRILLO.
¿Cómo eras? No te pido recordármelo
Ahora. En mis hombros camina un néctar
Muy antiguo: el sabor de las aguas
Cruzadas al buscarte: las calles
polvorosas,
las fachadas heridas: un pueblo pardo y breve
Con árboles enfermos, empedrado el
camino
Distante la palabra.
¿Dónde vives, ahora, muchacha de ojos
claros,
Pequeña y pensativa como un parque en
Otoño?
¿Han pasado 10 años? Lo insulta el almanaque,
lo repite
El espejo, lo niega el torbellino de mi
sangre
Que busca tu espalda sustantiva.
¿Qué estancia yo recuerdo,
De tu rostro, Corina?
Había, entre tus ojos, un rincón que, invariable,
Yo le puse apellido. Y también, bajo el
labio, muy cerca
A la barbilla, un declive nocturno
cobijaba mi frente.
Era Mayo en los muelles de un país
fracturado.
Era Mayo amarillo en los parques roídos
Donde hundía mi sombra (bufanda
De tres vueltas) su silencio de polvo.
Era mayo, Corina: aviones, motonaves,
helicópteros,
Trenes: todo bicho que mueve al hombre
Era insultado por el coro de insanos
Que fuimos ¿lo recuerdas?
Mas los bichos triunfaron: el hombre
Que yo era se pudo la escafandra
Descendió a las tinieblas (semanas
Y quinquenios) y solo tiene ahora
La luz de este poema
Que lo deja más ciego.
WINSTON
ORRILLO
Buenos
Aires, 1970
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