PRÍNCIPE NEGRO
PARA GEORGE
FLOYD
Aunque su sueño era lanzarte al Mississippi,
aquel caníbal de uniforme opaco
ha quemado en silencio su rodilla
sobre tu cuello inerte.
El humo de tu carne va subiendo hasta el cielo mojado.
Saltando entre las flores, el aire de tus bronquios
persigue su fantasma hasta morder
el colmillo sangriento del caníbal.
Y tú alientas, indómito, sobre el asfalto húmedo,
bajo la sombra quieta de un manzano
en Minneapolis,
donde colocaremos, para ti,
este brillante, este limpio
príncipe negro nuestro,
a tu memoria.
Cerro, 4 de junio, 2020
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