sábado, 19 de septiembre de 2020

BLANCA VARELA: POETA PERUANA CON AURA UNIVERSAL Por: José Beltrán Peña.

 


            BLANCA VARELA: POETA PERUANA CON AURA UNIVERSAL

 

    Por: José Beltrán Peña.

 

   “Blanca Varela es un poeta que no se complace en sus hallazgos ni se embriaga con su canto. Con el instinto del verdadero poeta, sabe callarse a tiempo. Su poesía no explica ni razona. Tampoco es una confidencia. Es un signo, un conjuro frente, contra y hacia el mundo, una piedra negra tatuada por el fuego y la sal, el amor, el tiempo y la soledad. Y, también, una exploración de la propia conciencia”, con estas palabras que figuran en el prólogo del poemario, Ese puerto existe (México, 1959), el Premio Nóbel de nacionalidad mexicana,  Octavio Paz presentó a nuestra entrañable Blanca Varela (Lima, 1926-2009), primera poeta peruana que va encamino de ser una poeta universal, -puesto que nuestro primer poeta de esas características es César Vallejo-, quien en el presente año cumplió sus primeros 120 años de vida.

   Ella es un hito indiscutible de la historia de la poesía peruana. Desciende de una familia de distinguidas poetas (es nieta de Delia Castro de González e hija de Esmeralda González Castro, ésta última fue más conocida bajo el seudónimo de Serafina Quinteras), y, pertenece a la importante Generación del 50 (conjuntamente con Eielson, Belli, Delgado, Romualdo, Yolanda Westphalen, Sologuren, ente otros), grupo que erróneamente fue dividido entre poetas puros y sociales.

   Después del poemario mencionado, publicó Luz de día (Lima, 1963), Valses y otras falsas confesiones (Lima, 1972), Canto villano (Lima, 1978), Ejercicios materiales (Lima, 1993), El libro de barro (Madrid, 1993), Donde todo termina abre las alas. Poesía reunida 1949-2000 (Madrid, 2001), Concierto animl (2001), entre otros trípticos y antologías publicados en otros idiomas. Entre los estudiosos de su obra del país y del extranjero resaltan: Claude Couffon, Sebastián Salazar Bondy, Alberto Escobar, Jonio González, José Méndez, Tita Reut, Roberto Paoli, Adolfo Castañón, Ricardo González Vigil, Marco Martos, Ricardo Silva Santisteban, Estuardo Núñez, Augusto Tamayo Vargas, Mario Vargas Llosa, Javier Sologuren, Richard Cacchione (como bibliógrafo), principalmente.

   La poesía varelana, es única, inconfundible y explosiva, que siempre nos ha invitado a compartir su mundo interior, sus deseos, amores e infiernos. Si bien es cierto, nació con alientos surrealistas su proceso fue cambiando en la forma mas no en la madurez del trabajo con la palabra. Delicada y dura, consciente e inconsciente, vida y muerte. Como todo poeta tiene influencias, no lo seria si no los tuviera elevándose frente a todo ello con una voz personalísima e íntima. No son textos para cantar, gritar como arengas, recitar masivamente sino, todo lo contrario, ellos nos conducen a dialogar con su yo poético, con su mundo interior que puede ser el nuestro, con la palabra exacta, viva, sin latidos estrictamente femeninos sino con los variados senderos del ser humano, de la imperfecciones de la vida, de los estados emocionales y de los tiempos, convirtiéndose en una voz insurrecta llena de verdad y de libertad sin burdas ilusiones o fuerzas intrascendentes, tornándose transparentes después de la conjugación de lo objetivo con lo subjetivo enraizadas de perfección y de belleza.

   Nuestra poeta trabajó muchos años como vendedora de libros en el prestigioso Fondo de Cultura Económica (Filial Perú). Ha vivido grandes momentos en París, Nueva York, etcétera; llegando a conocer y dialogar con André Breton, Cortazar, Sartre. Simone de Beauvoir, sólo para citar algunos personajes famosos del ámbito literario mundial; pero, también, ha tenido “duros” golpes -que ella conoció su verdadera y real intensidad-, la separación con su esposo, el afamado pintor nacional Fernando de Szyszlo, el temprano fallecimiento del hijo de ambos llamado Lorenzo y el de su querida madre.

   Fue una abnegada madre y una cariñosa abuela pero, en la opción de vida y la manera de contemplarla, es muy libre e independiente de elegirla y defenderla, como cuando afirmó fehacientemente que, no era feminista.

   En el campo político, fue una defensora acérrima y gran amante de la democracia y la justicia, por ejemplo, en 1987, sin estar identificada pública e ideológicamente con el ya fallecido, Dr. Alfonso Barrantes Lingán (Presidente de Izquierda Unida y Alcalde de Lima) firmó un pronunciamiento público solidarizándose con la ética de una innegable vocación democrática a servicio del país. Además es una gran defensora de la cultura, del libro, por ejemplo, en 1993 manifestó lo siguiente: “El libro debiera ocupar un segundo o tercer lugar en la prioridad del Estado. Son importantes la alimentación y la salud, pero luego debe venir la cultura. Un país no puede crecer sin educación, no se puede producir nada con hombres hambrientos y tampoco con analfabetos”. Pero al preguntarle el controvertido periodista Beto Ortiz al maestro Szyszlo sobre si estuviera viva Blanca Varela por quién votaría en las elecciones presidenciales del 2011, él manifestó: Blanca Varela era izquierdosa, y si estuviera viva votaría por Ollanta”.

   En los últimos impulsos de su vida, quizás por una mayor actitud crítica, reconoció y agradeció a personajes peruanos que de una u otra forma han contribuido en su caminar y exploración de la poesía misma, leamos: “Gracias a Sebastián Salazar Bondy conocí por primera vez a escritores de carne y hueso(...); Emilio Adolfo Westphalen, significó la encarnación viva y próxima del surrealismo, su libertad y su rigor. El mundo –mi mundo- se hizo más grande y respirable gracias a la lectura de su poesía (...); a José María Arguedas le debe mi poesía no la forma ni la intención, sino su paisaje más profundo, algo semejante a la sangre o las raíces”. Son palabras que ratifican tener una limpia, genuina y abierta personalidad de poeta.

   Por el paso del tiempo –juez honesto de todo escritor-, y por la inteligencia de algunas personas, en los últimos años de su vida obtuvo el reconocimiento (nacional e internacionalmente), por su espléndida poesía: Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo (México, 2001), fue el primer premio obtenido en su carrera de escritora manifestando por ello una gran verdad: “le estoy abriendo la puerta a las mujeres”. Fue Condecorada en el Gobierno democrático del Dr. Valentín Paniagua con la Orden El Sol del Perú (conjuntamente con María Rostworowski); la Biblioteca Nacional del Perú, siendo presidida –en ese año- por la Bibliotecaria Martha Fernández de López le ofreció un Homenaje develando su foto-mural en la Galería de Intelectuales en la histórica sede del centro de Lima, y en el año 2006 le otorgaron el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca que concede el Ayuntamiento de Granada y que no lo recibió personalmente por encontrarse muy delicada de salud, y. en el 2007, el Premio Rein Sofia de Poesía Iberoamericana en Salamanca.

   Si titubear podemos afrmaren sinónimo de homenaje porque s le extraña en estos últimos años en el mundo poético que, nuestra poeta  Blanca Varela vale un Perú (siempre en tiempo presente).

 

   Un poema del libro Ejercicios materiales:

 

LA MUERTE VISTE A LA NOVIA

 

el pulgar de hielo

levanta el párpado

y coloca una gota de oscuridad

 

se agranda la noche

y cada párpado

es una parda medialuna

 

el aire vela

el hedor de la vida

deja intacto el perfil

 

brillan con otra luz

cabello y labio

calla el mar en su oído

 

y hora el cuerpo entero

libre de viejas sombras

se alisa para el último amor

 

 

 

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