domingo, 27 de septiembre de 2020

4 POEMAS “TELÚRICOS Y MAGNÉTICOS” (*). Por WINSTON ORRILLO

 



4 POEMAS “TELÚRICOS Y MAGNÉTICOS” (*). Por  WINSTON ORRILLO

 

 

     CANTIGA POR TÚPAC AMARU

 

 

Túpac Amaru, cacique claro,

Cuatro caballos o cuatro truenos

No consiguieron desembarcarte

Del heroísmo,  que fue tu nave.

 

Fue en Tungasuca donde la afrenta

Se hizo vindicta, fruta madura,

Espiga indemne. Fue en Sangarara

 

Donde la historia, como doncella,

Quitó sus velos, hizo la venia

Y a la miríada de poblaciones

 

Llegó la nueva: Túpac Amaru,

Cacique claro, espuela al viento,

Con la justicia se ha desposado.

 

 

 

 

 

 

 

 

      A JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI

 

 

Por los andamios

Del alba

Que construyes

(Construyéndonos)

Tú edificas,

José Carlos,

Nuestra alma

Matinal.

 

 

 

 

 

 

 

      ¿CÉSAR VALLEJO HA MUERTO?

 

 

Cesar Vallejo ha muerto

Y viudas y cuñados,

Bomberos, policías,

Estilistas, doctores

Preparan un sarao.

 

César Vallejo,

Escapa del banquete,

Escóndete en mi pieza,

Enfúndate en mi capa,

Y viaja en aeroplano

Muy lejos de esta villa.

 

César Vallejo,

Te escribo y te relato

Los acuerdos del foro.

Te cuento, sí, al detalle

Las ponencias, los dengues

Sobre tu poesía. Te mandaré

Las fotos de tus inquisidores. Y

También las protestas

Airadas

De Georgette.

 

César Vallejo, escucha

No te enfades: se te

Lee en el templo. Las

Monjas te recitan y

Los diarios te inventan

Periplos, biografías.

 

Mas eso ya no importa

Porque hay otros que dicen:

Tu piedra y tus hermanos,

Tu palo, tu osamenta,,

El jueves, los hoteles,

Las estrellas, Alfonso:

    Todos vienen hoy

      Día, todos llenos

        De lluvia, caminando,

           Cantando, testigos,

              Combatientes, guitarras

                Y pañuelos, al

                  Fin de la batalla

                   Repitiendo:

      ¡Vallejo,

         Valor

            Vuelve

               A

                  La

                    Vida

 

Pero

 Ya  sin la soga

   Ni el húmero

         En astillas

           Mas sí

             Con Pedro

                Rojas y

                   Ramón y

                     Los niños y

                        España,

                          Camarada,

                             Sin cáliz

                               Ni Caudillo!

                                   Lima, Perú, abril 1970.

 

 

 

 

 

 

           MI TIA TERESA (**)

 

No tuvo hijos ni flores en su casa.

Practicaba el deporte del cariño

Para el otro, el ajeno, el fugitivo.

Mi tía siempre fue muy alejada

 

Del torvo reclamar las regalías.

La recuerdo mirándose al espejo

Y diciendo: “Jesús, el tiempo vuela,

Yo voy siempre detrás del almanaque!”

Se llamaba Teresa, ése es su nombre:

Un Quijote con faldas y sin armas,

Un antiguo dulzor y para muestra

 

Un novio jubilado y con diabetes.

¡La recuerdo barriendo y espantando

El anzuelo y la cresta de la muerte!

 

================================================

(*) De Vallejo es esto de “telúrico y magnético”. De él lo tomo.

Porque estos versos pretenden, un poco, acercarse a esas cualidades.

Y los exhumo de libros anteriores –algunos con más de cuarenta

años de escritos y publicados. Y se los entrego,  precisamente ahora, en tiempos de cuarentena y pandemia,  a fin de exorcizar a ambas. Sumergirse

en la poesía, como dirían los psicólogos y psiquiatras, es una forma de

cantarle a la vida cuando, aquella, la guadaña, es esgrimida a diestra y

siniestra.

(**) Vallejo mismo, alguna vez, escribió “¡quien no tiene un vestido azul” o

más o menos. Yo digo, ¡quién no ha tenido una tía Teresa!, a la que rindo un

pálido homenaje en estos versos que tienen casi cincuenta años, y que, por

supuesto, aspiran a vivir muchos más (depende ustedes, los ímprobos

lectores.)  La Calera, 25 de setiembre de 2020. Winston Orrillo

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario