RECONCILIACIÓN
Te quiero porque siempre te perdono,
y te perdono… porque te quiero siempre.
Y te quiero aún más ¡porque te sufro!
ya que ignoras lo que es arrepentirse
cuando hieres y callas… o me engañas.
Deambulas perdido entre la bruma
y quisiera salvarte… ¡y te resistes!
Solo el pozo del tiempo ya secado
tus pupilas sin tiempo me devuelve…
¡Ay qué pena, la pena con que miran!
La quebrada ternura de tu imagen
como estrella fugaz retorna a veces
y yo torno a abrigarla con presura…
(Extinguirse podría nuevamente
cuando brote mañana la mañana)
Cobijar pude un solo resplandor
de éste ocaso poblado de luceros…
Ya tu antigua sonrisa se sonríe
sobre el viento, que bebe nuestra dicha
como flor asombrada… temblorosa.
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