LA ESPERA Y MI PADRE
No
existe vastedad tan enorme
como
tu prematuro viaje,
y,
me conmueve más tu ausencia
que
mi presente.
Antes
que yo naciera
fue
un ir y tornar mi espera
como
toda criatura
yo
también aguardé
a
alguien inmejorable como tú, papá.
Aún
pues vivo de tu amor,
porque
estando ausente dialogas
y
tu acento desde la inmensidad persiste
como
ola en un caracol a mi oído de niña,
retornas
a casa
calmado,
lentamente tu alma aguarda.
Mas,
espera es, la vida
que
si se va, vendrá después.
Mientras
conjugo los tiempos del verbo
esperar,
espero, desespero,
clavo
tristeza en la pared del futuro,
los
días sobre tus cosas
las
cosas sobre la nada,
otra
vez pronunciarán
sin
tu voz, mi nombre.
La
vida se me narra breve
cobarde
para el olvido
y
tú, siervo de la ausencia,
que
sin cesar iré a buscar
porque
mi amor para ti
es
una plática rezagada
y
nos volveremos a encontrar,
con
mis blancos afectos
te
iré a buscar
otra
vez, a ti papá.
Él
se durmió una noche de junio
casi
al amanecer de un dieciséis
y
en mi espera no hay vastedad tan enorme
como
tu prematuro viaje
y
me conmueve más su ausencia
que
mi presente.
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