No pude escribir en tu piel
por ello, no leerás mi corazón.
No pude tallar tus protuberancias
por ello, no sentirás el ardor de mi cincel.
No pude perderme entre tus besos
por ello, no te embriagarás con mi aroma.
No pude alocarme con tus cariños
por ello, no sentirás qué es la felicidad.
No pude cabalgar tu camino
por ello, no podrás cruzarte en el mío.
¡Y todo comenzó
porque no pude escribir en tu piel
saber que no fue lo que pudo ser
será tu castigo!
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