viernes, 30 de octubre de 2020

A MI PADRE LO VEO. Por WINSTON ORRILLO.


 

 

        A MI PADRE LO VEO

 

A mi padre lo veo entre el escombro

De tanta y tanta vida cicatera.

Su rostro ya no tiene los arcanos

Que alguna vez mis ojos pastorearan.

 

Todo se está volviendo más sencillo:

Este claro lenguaje de mi origen

Y la risa rosada de mi madre.

 

Tantas casas y voces y penumbras:

Y la misma distancia nos engulle.

 

Nunca pude acercarme a quien me diera

Con sus brazos antiguos  el encargo

De imantar estas horas, este día.

 

Qué lejos estuvimos y afincados

En el mismo letargo, padre mío.

 

Tú en las gibas  ariscas del oficio

Que mal grado, tenaz, te espolvoreara.

Y el poeta soñaba, mientras tanto,

Atascado en los vientos que te herían.

 

Alguna vez, a veces, conversamos

Ya no recuerdo, padre, en qué dialecto.

Nuestras voces jamás zarparon juntas

Bajo el zafio sistema de las horas.

 

Sin embargo,  de lejos yo atisbaba

Que mis pasos contigo discurrían.

Cuántas veces viví lo que viviste:

¡Desempeñé tu oficio y tus caídas!

 

Yo sentía que el viento me apilaba

En tu intacto rincón desconocido.

Esta voz, esta frente y estas simas

Eran tuyas, totales, sin ambages.

 

El tremedal del alba y sus barajas

Devolvía a mis ojos tu hornacina;

Tus carencias que entonces comprendía

Encalladas en mí sin duda alguna:

¡Por todo lo que entonces no dijimos

Hoy comienzo a cantar de aqueste modo!

 

 

 

 

 

 

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