4 POEMAS “TELÚRICOS Y MAGNÉTICOS” (*) DE WINSTON ORRILLO
CANTIGA POR TÚPAC AMARU
Túpac Amaru, cacique claro,
Cuatro caballos o cuatro truenos
No consiguieron desembarcarte
Del heroísmo, que fue tu nave.
Fue en Tungasuca donde la afrenta
Se hizo vindicta, fruta madura,
Espiga indemne. Fue en Sangarara
Donde la historia, como doncella,
Quitó sus velos, hizo la venia
Y a la miríada de poblaciones
Llegó la nueva: Túpac Amaru,
Cacique claro, espuela al viento,
Con la justicia se ha desposado.
A JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI
Por los andamios
Del alba
Que construyes
(Construyéndonos)
Tú edificas,
José Carlos,
Nuestra alma
Matinal.
¿CÉSAR VALLEJO HA MUERTO?
Cesar Vallejo ha muerto
Y viudas y cuñados,
Bomberos, policías,
Estilistas, doctores
Preparan un sarao.
César Vallejo,
Escapa del banquete,
Escóndete en mi pieza,
Enfúndate en mi capa,
Y viaja en aeroplano
Muy lejos de esta villa.
César Vallejo,
Te escribo y te relato
Los acuerdos del foro.
Te cuento, sí, al detalle
Las ponencias, los dengues
Sobre tu poesía. Te mandaré
Las fotos de tus inquisidores. Y
También las protestas
Airadas
De Georgette.
César Vallejo, escucha
No te enfades: se te
Lee en el templo. Las
Monjas te recitan y
Los diarios te inventan
Periplos, biografías.
Mas eso ya no importa
Porque hay otros que dicen:
Tu piedra y tus hermanos,
Tu palo, tu osamenta,,
El jueves, los hoteles,
Las estrellas, Alfonso:
Todos vienen hoy
Día, todos llenos
De lluvia, caminando,
Cantando, testigos,
Combatientes, guitarras
Y pañuelos, al
Fin de la batalla
Repitiendo:
¡Vallejo,
Valor
Vuelve
A
La
Vida
Pero
Ya sin la soga
Ni el húmero
En astillas
Mas sí
Con Pedro
Rojas y
Ramón y
Los niños y
España,
Camarada,
Sin cáliz
Ni Caudillo!
Lima, Perú, abril 1970
MI TIA TERESA (**)
No tuvo hijos ni flores en su casa.
Practicaba el deporte del cariño
Para el otro, el ajeno, el fugitivo.
Mi tía siempre fue muy alejada
Del torvo reclamar las regalías.
La recuerdo mirándose al espejo
Y diciendo: “Jesús, el tiempo vuela,
Yo voy siempre detrás del almanaque!”
Se llamaba Teresa, ése es su nombre:
Un Quijote con faldas y sin armas,
Un antiguo dulzor y para muestra
Un novio jubilado y con diabetes.
¡La recuerdo barriendo y espantando
El anzuelo y la cresta de la muerte!
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(*) De Vallejo es esto de “telúrico y magnético”. De él lo tomo.
Porque estos versos pretenden, un poco, acercarse a esas cualidades.
Y los exhumo de libros anteriores –algunos con más de cuarenta
años de escritos y publicados. Y se los entrego, precisamente ahora, en tiempos de cuarentena y pandemia, a fin de exorcizar a ambas. Sumergirse
en la poesía, como dirían los psicólogos y psiquiatras, es una forma de
cantarle a la vida cuando, aquella, la guadaña, es esgrimida a diestra y
siniestra.
(**) Vallejo mismo, alguna vez, escribió “¡quien no tiene un vestido azul” o
más o menos. Yo digo, ¡quién no ha tenido una tía Teresa!, a la que rindo un
pálido homenaje en estos versos que tienen casi cincuenta años, y que, por
supuesto, aspiran a vivir muchos más (depende ustedes, los ímprobos
lectores.) La Calera, 25 de setiembre de 2020. Winston Orrillo
Me encanto el poema mi tía Teresa me gusta un quijote sin armas y con falda está muy hermoso,porque se nota el cariño por ella aunque ella era lejana no por el parentesco si no la actitud
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