JOSÉ LUIS RODRIGUEZ HUAMANI
SALVAJE ADICCIÓN
El transitar hacia la muerte.
Se hizo
la noche en la ciudad
la luz
se transforma en sombra
para
dar inicio al desfile
de los
muertos en vida
que
inician su doloroso peregrinar...
Son
esclavos sin cadenas
sentenciados
sin esperanza
a
sufrir la devastadora penitencia
que
estruja sus sentidos
y
ofusca el laberinto de su razón.
Rostros
deformes en gestos extraños ,
cuerpos
queriendo insertarse
en las
paredes adyacentes a su transitar,
bocas
que expelen hediondez
cargando
su putrefacción repugnante,
alientos
impregnados de la droga maldita
que
carcome día a día su existencia
perdidos
en un laberinto siniestro,
convertidos
en crápulas irremisibles
de una
indiferente sociedad...
Se
acerca uno, acelerado el paso,
en un
rictus angustiante y fingidamente suplicante:
Sálvame
la vida! solloza cubriéndose el rostro,
otro,
llega perseguido por captores
que
solo existen en su conciencia ,
aferrándose
desesperadamente a su irrealidad
se
juntan para vender su ropa, su cuerpo, su alma...
una
sonrisa estúpida adorna sus deformes rostros
dispersos,
hurgan restos de basura,
para
llenar el vacío lacerante
que el
maltratado organismo pide colmar,
son las
consecuencias del letal consumo
que va
destruyendo con cada absorción
su
descarriada vida...
La
salvaje adicción es tan fuerte,
en una
esquina cual luciérnaga
otro
sujeto prende y apaga un extraño cigarro,
asustado
hasta de la sombra que proyecta,
se
entrega irremisible a un incomprensible placer
que
solo el adicto entiende y disfruta,
hasta
que sus pulmones brutalmente intoxicados
se
nieguen a respirar, y el cerebro se niegue a pensar
y el
corazón cansado se niegue a latir,
y la
vida se escape iniciando el viaje final ...
Nadie
sufre, nadie llora...la familia?
Hace
mucho la perdiste, descansa, es el final
no hay
marcha atrás, ganaste una vez más adicción,
el
premio mayor...ES LA MUERTE.
La salvaje adicción es tan fuerte,
ResponderEliminaren una esquina cual luciérnaga
otro sujeto prende y apaga un extraño cigarro,
asustado hasta de la sombra que proyecta,
se entrega irremisible a un incomprensible placer
que solo el adicto entiende y disfruta,