Cuando el escritor publica, deja esparcida su semilla en la mente de quien le lee, y así se cumple el fin para el que escribe. Pero si esto no ocurre, entonces habrá caído en inocuidad.
Sostengo que esa es mi opinión, por lo menos hasta que me seduzca el cambio, del que todos pensamos que es ley inexorable, y que seguramente se cumplirá, cuando llegue el momento.
Sostengo que esa es mi opinión, por lo menos hasta que me seduzca el cambio, del que todos pensamos que es ley inexorable, y que seguramente se cumplirá, cuando llegue el momento.
Mientras
tanto, déjame decirte Poema, que el amor no es un error de brújula, no
puede ser error de brújula sino quizá de lectura de brújula, si es que
el amor tuviera pretensiones o metas preestablecidas, y en ese caso creo
que estaríamos hablando de cálculo, y no de amor. Algo así como la
opción entre el chancho y los chicharrones.
Coincido sí, en que con el amor todos somos perdedores, porque es condición sine qua non del amor, el dar más de lo que se recibe, y en extremos muchas veces vistos, en ese dar se va la vida, y podría ser éste, el último grado de “derrota-soledad”.
Coincido sí, en que con el amor todos somos perdedores, porque es condición sine qua non del amor, el dar más de lo que se recibe, y en extremos muchas veces vistos, en ese dar se va la vida, y podría ser éste, el último grado de “derrota-soledad”.
También coincido contigo, en que el corazón es un órgano que arde, o se enfría, se agita o se calma, estúpidamente, porque es ajeno a la comprensión de su funcionamiento, o dicho de otro modo, funciona sin que en ello intervenga la voluntad de las neuronas, como es el caso de los pulmones, también ellos cumplen, sin que previamente hayan llegado a alguna conclusión, alcanzada mediante un concienzudo proceso de razonamiento, y que al final haya determinado el cumplimiento de su función.
Me impresiona tu descripción del entorno musical, no he podido construir una idea respecto de lo que podría ser un vómito dentro del pentagrama, creo que es explicable por mis escasos conocimientos en esta faceta del arte en el que el silencio se interrumpe, para encontrarse con la armonía y el ritmo de los sonidos del universo.
Sobre los besos a que haces mención, debo reconocer que efectivamente, estos son tan diversos y desconcertantes, como expresión de una carga emocional abrumadora para cualquier ser mortal, que una vez esté en el campo de batalla, en el que tantas veces el amor ha triunfado como también ha fracasado, las emociones encuentren sus sesgos, sobre todo, cuando el entusiasmo mengua, se acobarda y la fogosidad cae en hipocresía.
También coincido contigo en la expresión de las palabras mudas, mediante las que la comunicación fluye debajo de la piel, al filo atroz del tiempo marcado por el crepúsculo, tan oportuno para el disimulo de las falencias que nos hacen vulnerables a todos los pecadores de amor, que por ser irredentos, jamás se han permitido hacer su confesión.
Querido amigo, trato de conciliar tu denuncia con la actitud morbosa de la gente, cuando haces mención a los cercenadores del alma, involucrados con la ira y la maledicencia, frente a los cristales rotos de la decepción el dolor y la frustración, en un acto de masoquismo, consistente en alargar el suplicio de la agonía, que a su vez es preludio de la muerte, en la metáfora bárbara de las sensaciones imaginarias del huesito de la alegría, acompañadas de los quistes de cocodrilo.
Estimado
Poema, hemos charlado largamente, y evito hacer referencia a tu
despedida desde las sábana frías de la ausencia, en las que han quedado
impregnadas casi todas las sensaciones y sentimientos a los que tanto tú
como yo, hemos aludido para entendernos en este diálogo, que espero no
sea el último, quiero decirte que me dejas sabias enseñanzas, y sobre
todo, me impulsas a seguir leyendo para conocer las cosas del amor…
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