martes, 22 de marzo de 2022

HASTA MÁS TARDE O NUNCA. Por BRYAN POETT


 

 

hasta más tarde o nunca

 

vine al mundo en una época benigna

y, por primera vez en mi vida siento una calma chicha.

una extraña agonía me sonríe ––maternalmente––   

de alguna parte. y no sé más: ¡qué honda angostura la del presagio!.

toda la noche luché contra la fiebre, 

sus arpones incendiados de mercurio 

desgarraron mi entraña como un poco de lava

cayendo de sí misma y en sí misma, convulsa, asesinada.

qué largo es el día para un hombre enfermo.

larga la mórbida soledad de su delirio.

esto tú no lo comprendes, y te enfadas conmigo

por no ponerme al teléfono, ni contestar tus mensajes de texto. 

no te culpo si piensas que soy el hombre

más idiota del mundo, el canalla que un día

te prometió amor eterno y, sin embargo,

aquí me tienes, a la otra orilla de todo lo vivido,  

como al otro extremo de la luna donde todo es frío.

no sé si te das cuenta pero esto de no poder morir, inútilmente  

dar vueltas en la cama como llamarse uno gregorio samsa,

sin poder nada y no saber nada más qué hacer

y no tener a quien pedir un poco de agua,

resulta un hallazgo dulcemente triste.

yo quería contarte algo. poner aquí

más que una amarga confesión existencial, al menos: algo. 

pero otras vez la fiebre dispara sus misiles contra mí

y me está faltando el aire, ese aire que ahora mismo te sobra a ti.

adiós, pues. hasta más tarde o nunca.

 

 

 

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