TUS MANOS
En tus manos se forjaron
las noches para mi diluidas,
se afirmaron los puentes
desde aplausos cobijas,
y estuviste en secuestro
de ese tiempo y las idas,
y jamás nos cruzamos,
nada hubo de apremio
en su punto dijimos.
Y en las fuertes mareas
que causa la cruz jamás
exhibimos ese llanto
que quiebra el dolor,
paseamos anexos
sin apuro a la vista,
y tus pasos fueron
parque dormido.
Y ahora ¿qué quejido aborta
el pecado que suma o que resta
el viento prohibido?
¿qué temblor se asemeja
al quejido de anoche
y los cables de luz en los
postes de sombras
cada uno se ha ido?
Se asomaron las luces
del color de tu traje
y de siempre tu rostro
fue la imagen perfecta,
y obtuve tus manos
en la calma de mi alma.
Esas calles certeras y
esos años sin luna,
esas fuentes de arrope y
otro velo cual formas
por demás infinitas,
envolviste los mares
entre alforja prohibida,
me acercaste a tus ojos.
Fueron días dolientes de rabia
y sumaron destellos
de observancia maldita,
se sumaron de extensas
las charlas como tiempo apretado,
me cercaron los mares y tocamos
los astros toda vez que quedarán
festivas.
Y con más arcanos dolientes
en miserias que comen pasados
conculcaron mis versos,
desterraron otro ausente bravío,
y me apuesto al vacío y mi alma
en la nula adhesión de la tuya,
los temibles vacíos y yo
en sentido gemido,
conculcada mi calma.
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