miércoles, 24 de marzo de 2021

DOS CUENTOS BREVES DE WINSTON ORRILLO

 


DOS CUENTOS BREVES DE WINSTON ORRILLO

 

LA CORONAVIRUS

 

            Soy la Coronavirus, bien hembra por si acaso. Y vine a tu planeta sin orden ni concierto, donde me llaman -breves- la Covid-19.

            En fin, cuestión de estilo.

            Y por qué fue, precisamente, que arribé a este mundillo. Quizá porque era tiempo de hacer una mudanza, un poco de trasiego. Mucho os habéis matado en guerras y en hambrunas, que -casual, casualidad- siempre “condecoraban” a aquel, el obvio sector depauperado.

          Ni por broma quisisteis cambiar el objetivo.

            Siempre hacia el mismo abismo llevabais a los mismos.

            Y esto ya era aburrido: ¡un poco de variante no hubiera venido mal!

            Pero no con ustedes; con ustedes, jamás.

            Tenía que embarcarme en estos mis navíos, donde todos, iguales, tienen el mismo trato.

            Que le llamen “pandemia” no importa para nada.

            Soy, como hembra, apegada, a las equivalencias: en mis manos revuelco al monarca, al gerente, al pillo de las cuentas secretas en aquellos “paraísos fiscales”, donde también paseo, y cobro adelantado.

            Y podrán mil vacunas tratar de exorcizarme: de todas yo me río, sonrío, pues mis cepas son asaz infinitas.

            Y esto era necesario que lo supieseis pronto.

            Ningún misterio, entonces.

            Todo está transparente, tan diáfano y preclaro como para cantarle algún salmo fulmíneo.

 

 

++++++++++++++++++++++++++++

++++++++++++++++++++++++++++

 

 

LAS CUCARACHAS

 

Mi mujer pega gritos cada vez que aparecen: y aparecen de pronto, grandotas o pequeñas. Y ella, palos, chisguetes -sprays creo le llaman- con lo último de lo último, para, sí, demolerlas.

Yo, en cambio, me divierto con sus pasos, chiquitos o crecidos, da lo mismo, y depende de dónde se muestran o ¡ay! emergen.

Salud, cucarachitas, bienvenidas, pues dicen que cuando ustedes llegan es porque hay algo vivo que las llama; y eso es bueno porque la muerte ronda, pugnaz, a nuestro lado.

Una noche, muy triste, vi una cucarachita, herida -me imagino- por su depredadora.

La pobre se arrastraba, pero, aunque el cuerpo mismo ya casi no movía, sus antenas -pugnaces- cantaban -me imagino- el Himno a la Alegría, de aquella, la Novena.

No sé si es excesivo decir que las extraño. Pues cuando no aparecen, subitáneas, ansiosas, mi mujer, en silencio, mastica o friega platos.

Ellas, pues, son motivo para aquello que hoy todos reclaman viva voce: la comunicación, el diálogo, el dime y, sí, te escucho.

Venid, pues, cucarachas, de todos los tamaños: sois un canto a la vida que, poco a poco, es cierto, se va ya adormeciendo.

Haced que nos volvamos al diálogo esquilmado.

 

 

           

 

WINSTON ORRILLO. Lima, 1941. Premio “El Poeta Joven del Perú”, 1965. Premio Nacional de Cultura, 1969. Premio “Palabra en Libertad” de la Sociedad Literaria Amantes del País. Ex Director de la Escuela de Comunicación Social de San Marcos, donde fue catedrático más de 40 años. 25 poemarios, 3 libros de cuentos.10 de ensayos. Obra traducida, parcialmente, al ruso, búlgaro, coreano, italiano, francés, inglés.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario