JUSTO JORGE PADRON.
CARTA DEL CANDIDATO AL PREMIO NOBEL, EL DESTACADO ESCRITOR ESPAÑOL, JUSTO JORGE PADRON AL POETA Y CRITICO LITERARIO PERUANO, WINSTON ORRILLO.
(AGRADEZCO AL POETA, JUSTO JORGE PADRON POR SUS AMABLES PALABRAS REFERIDAS A MI PERSONA (JOSE BELTRAN PEÑA))
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Madrid a 16 de marzo de 2020
Mi querido Winston:
No he podido escribirte en la última semana porque estoy metido en el vértigo de un libro. Estoy en plena corriente centrífuga desde la hondura de la fuerza inspiradora a través de ese mar de oleajes turbulentos que me lleva y zarandea sin que pueda dejar de luchar hasta que encuentre el punto sólido en el que pueda instalar lo recogido sin destruir la plena corriente y la ola primaria que me asiste en la escritura de estos días. Ese tiempo han sido las casi once jornadas de silencio que he aguardado antes de escribirte. Sé que tú lo comprendes e igualmente sabes el cariño fraternal y constante que te tengo. Es como decía Borges: Abolir el yo real para afirmar otro, imaginario; ello supone absorber la ética dentro de la estética y no al revés. Es cierto que para Borges el arte es una compensación; reconoce que para escribir y escribir el poema le fue dado el antiguo alimento de los héroes: la falsía, la derrota y la humillación. Cuando recibí tu hermosísimo texto sobre mi último libro quedé anonadado. Escribes como decía Bretón con el lenguaje de la pasión, pero yo le añadiría: el encantamiento sublimado por la luz del afecto que me tienes. Es un ensayo vibrante, de gran calidad donde recoges de muchos recovecos de tu memoria lo que la emoción del recuerdo te hace reunir en algunas de las frases memorables de amigos predilectos que han reflejado en sus intensos trabajos. Pero también destaco muy especialmente tu permanente lección de amor a la vida y a tus lúcidos avatares sobre mi obra poética que con frases lapidarias haces brillar como preseas rutilantes engastadas en lo mejor de la conciencia. Siempre he creído que la vocación es un gran misterio y que para el destino de tantos hombres es muy variada. Tal vez la respuesta esté en la tradición. Aristóteles dijo que la naturaleza escoge para las partes más nobles los sitios más nobles, por eso el corazón está en la parte media superior del cuerpo y hacia el frente. Y agrega: el principio vital mora en el corazón. Y yo sé bien que es tu principal símbolo unido al de la inteligencia.
Ahora hablando de lo que nos rodea estamos en medio de esta pandemia terrible: el coronavirus, que se está adueñando de toda España. Hay una psicosis general que recorre el país y ya por mandato gubernamental estamos encerrado casi todos en nuestras casas (salvo la gente de la sanidad, los comercios alimentarios, los transportes la policía y el ejército. Solamente para lo más imprescindible nos permiten salir a la calle para comprar comida o ir a la farmacia, todos los espectáculos tanto sean deportivos, artísticos, culturales o confesionales, nos lo han prohibidos, están cerrados a cal y canto, salvo que salgas y te expongas a fuertísimas multas debido al gran despliegue que ha montado la policía y el ejército, circunstancia que se ha agravado con el cierre de fronteras. Sobre todo, los más perjudicados son la gente de nuestra edad por ser las más expuestas y frágiles ante este omnipresente demonio invisible del virus.
Da mis recuerdos cálidos y amistosos a todos nuestros amigos y especialmente mi gratitud para Pepe Beltrán que ha tenido palabras tan sensibles y solidarias para mi y para mi poesía que me ha conmovido.
¡Mil gracias, mi querido hermano Winston, por tu espléndido ensayo y por esa tan rutilante y fraterna amistad! Tu viejo y siempre leal compañero que te quiere y admira,
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