domingo, 22 de noviembre de 2020

LA GRAN POETA CECILIA MOLINA. Por JOSE BELTRAN PEÑA.

 

                         Cecilia Molina (de azul), cuando presenté su maravilloso poemario,

                         Rara Avis, en la Casa Museo Ricardo Palma, conjuntamente con

                         las reconocidas poetas, Ana María García y Doris Moromisato. 



La gran y reconocida poeta peruana, CECILIA MOLINA, se fue hace dos años, el 22 de noviembre de 2018, y sigue más maravillosa que antes, sus poemas respiran y dan mucha vida a la vida misma de quien las lee, comenta o crítica, en nuestro país o en el extranjero.


 

A mi querida Chucky -como le decía-, se le extraña, porque tuve la suerte de compartir nuestras vidas, llenas de mucha adrenalina y de desborde sentimental en donde rompimos con los tontos preceptos que imponen la sociedad y la familia hipócritamente, y además porque sé que no ha vivido por las puras y ahora es una luz brillante que puede opacar a la del mismo universo. 

 

                                            Cecilia Molina con poetas y gente de teatro en el

                                            Ekeko de Barranco.


Su gran amor y lucha por la vida es un ejemplo para muchas y muchos porque hay que ser muy inteligente, talentosa, humana y con los ovarios bien puestos para salir adelante por todo lo que tuvo en contra. Ella, sabía, que la cosa no es solo ser hermosa para llegar a ser una destacada mujer, sino que había que poseer acciones con valores, inteligencia compartida y talento para el bien de la humanidad.

Vendrán y verán la luz sus libros que dejó y que permanecen inéditos; y siempre estuvimos de acuerdo como amantes de la palabra en libertad, que ella se presenta y se defiende sola en el tiempo. Además su valiosa obra poetica ha sido reconocida en el Perú y en el extranjero.


                                  Se encuentra antologada en la estupenda antología de

                                  poetas peruanas de Ricardo González Vigil.


Se fuiste de una manera sorpresiva, y fui quien dio la dolorosa noticia a tirios y troyanos, porque la muerte abraza y abrazará a todos. Ella fue miembro fundador de la Sociedad Literaria Amantes del País.


                                Cecilia Molina en una de las actividades de la Sociedad Literaria Amantes 

                                del País en el ICPNA de Miraflores.

              
Les reitero mi agradecimiento a los amigos y colegas con los  cuales compartimos momentos de nuestras vidas y con los que no la conocieron, porque se unieron y se hicieron presentes con sus palabras, para aplacar un poco, el dolor, que me destruyó esa inesperada noticia y como no, a su único hijo Alonso, quien es filósofo y enseña en una Universidad en Estados Unidos.



Bueno no hay vuelta para atrás, la muerte la abrazó, haciendo que su corazón se detenga de tanto amar y dar lo mejor de su propia vida. Yo quiero ser sincero con mi conciencia y mi corazón, y les comento, que yo la amé y me amó mucho, y si ustedes me ven caminando, hablando, haciendo cosas por la literatura del país, publicando, y tantas cosas más, es por ella, porque con amor y por amor me salvó de las garras de la muerte, y lo que me duele es que no pude salvarla de ella.

 




Ah y solo les diré, -públicamente-, que nunca nos falló, ni a mí, ni a su hijo, ni a sus padres; por lo que ella debe sentirse en paz y orgullosa como hija, compañera, amiga y madre.


 

Estas líneas son para ella: "Se despide tu José, que te amará siempre, porque al salvarme, me diste una nueva oportunidad para seguir amando en este planeta..., ¡Chau, Cecilia!!!!!"

 


 

 

 






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