José Beltrán Peña y su libro.
JOSÉ BELTRÁN PEÑA: UNA LITERATURA SIN FRONTERAS.
Por: TEODORO J. MORALES.
La literatura, con el correr del tiempo, fue abriendo a nuevas vertientes como propuestas de expresión, entre ellas esta las minificciones.
JOSÉ BELTRÁN PEÑA (1) en “DIALOGANDO CON EL DINOSAURIO DE MONTERROSO. 242 minificciones (2), nos entrega una publicación en el que condensa todo ese conocimiento que le ha sabido ganar a la vida y nos introduce a un universo enriquecido de su narrativa, que permite a su lector ser parte importante en la formulación creativa que plantea. Las minificciones están agrupadas en siete instancias (La Palabra Estalla (10).--- La Palabra Colores (75).--- La Palabra Amor(57).--- La Ecopalabra (45).--- La Palabra Mágica(25).--- La Palabra en Cruz(20).--- y, La PerúPalabra(10).
Giovanna Minardi, en “A Manera de Prólogo”, dice: “No todos los textos hiperbreves son minicuentos, algunos se acercan a otras clases textuales que, en mayor o menor medida, participan de su misma característica: el poema en prosa, la crónica periodística, la anotación, el aforismo, la boutade, la alegoría” (…) “una literatura sin fronteras, según palabras de Beltrán Peña, o, quizá mejor de fronteras, que cuestiona una visión conservadora, jerarquizada del centro, a favor de una concepción excéntrica, desestabilizadora de toda practica cultural, podría verse la minificción como un acto contestatario”.
Las minificciones de Beltrán Peña, en parte, son razonamientos que abren las puertas de entendimiento del lector, a quien le permite que- con su imaginación, pueda enriquecer la historia que da y que se dimensione de tal manera que la literatura ingrese a espacios no imaginados, haciendo que esos minicuentos conviertan al lector en co-autores del texto, algo que no fue previsto al momento de empezarse a escribir esas historias con tal planteamiento, las que son alimentadas con la rica imaginación de los lectores.
Para ustedes transcribo algunos textos: UNO.- (“Él toco la puerta de su casa para hablarle a Dios y ella al verlo por la ventana le abrió el de su corazón”).--- DOS: (“Un viejo en el desierto lloró como un niño porque en vez de encontrar agua encontró petróleo”).--- TRES: (“Las mujeres hermosas son invisibles para la inteligencia del corazón”).--- CUATRO: (“Al año de la rata se lo comió un gato y el año del chancho terminó en un cilindro”). Mi mente al leerlos, con mi imaginación, empieza a dimensionar cada una de esas minificciones y hacer grandes historias de ellas.
Para las minificciones no existe estructuras pre establecida como fórmula de creación literaria, puedo decir, que, las minificciónes, permiten a cada lector- darse la historia que su capacidad intelectiva le permite.
Martha Crosby Crosby, refiriéndose a los cuentos de minificción de Beltrán Peña, dice: “nos trasladan a una sublime expresión de abstracta pureza donde le permite al lector ejercitar sus capacidades cognositivas, su bagaje cultural y su imaginación creativa para retomarlos en una lectura fina y evolucionada”.
Una de las exigencias en poesía es la síntesis, no se trata de amontonar palabras para hablar de la vida y sus misterios, de lo indefinible que resulta a veces hablar de la belleza, o de las eternas preocupaciones que nos quitan el sueño; en la narración, no se tiene como exigencia aquello, sin embargo, como todo -ella- evoluciona; en los cuentos de minificción, el escritor, alcanza como propuesta la concisión de expresión, en el que, los universos de sus historias, no tiene medida alguna, él, deja abierta las puertas de la imaginación de su lector, para que por ellas ingrese a universos mayores que su entendimiento y comprensión de lectura le permitir lograr con libertad y su capacidad creadora pueda hablar.
Uno lee las minificciones de Beltrán Peña, muchas de ellas con su ironía zahiere a esa seriedad en la que se encerró a nuestra imaginación- como en una cárcel, la que despertando como de un sueño empieza a fabular libremente, dándole grandeza a la expresión narrativa, haciendo que su silencio hable. En estas minificciones, el escritor- hace que el lector, se convierta y asuma el acto creador como parte activa en ella, permitiéndole que con su imaginación- que estaba dormida, haga que cada una de estas historias, lo que le permita hacer su mente creadora y su espíritu inventivo de lector, introduciendo a las historias nuevas realidades de vida que las engrandezca.
Para muchos, resultara novedosa esta expresión, les parecerá rara la propuesta narrativa, pero, cuando la luz se haga en ellos, lo entenderán perfectamente, y empezaran ellos también a fabular con presteza, haciendo que estas aparentes pequeñas historias se expresen en la dimensión que cada uno cree deben de tener.
NOTAS:
(1).- José Beltrán Peña, nació en Lima (poeta, cuentista, investigador literario, antólogo y promotor cultural). Presidente – fundador de la SOCIEDAD LITERARIA AMANTES DEL PAÍS.
(2).- “Dialogando con el Dinosaurio de Monterroso”. 242 Minificciones de José Beltrán Peña. Primera edición, mayo 2019, 139 pp. Lima. Gaviota Azul Ediciones. Carátula: Arte de Fanny Jem Wong (El Pepeoso y el Dinosaurio). Foto de carátula: José Beltrán Peña. Formato: 14.5 x 20.5 cm.
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