GERMÁN CARNERO ROQUÉ POESIA ONTOGÉNICA Y
EXISTENCIAL
Por WINSTON ORRILLO.
“El corazón es fuego/ Hay un tiempo de amar/
Un tiempo de morir/ El corazón es fuego”
Wáshington Delgado
“Quiero salir al sol. Verle la cara/ al
mundo. Y a la vida que me toca/ quiero salir, al son de una campana/ que eche a
volar olivos y palomas./ Y ponerme después a ver qué pasa//con tanto amor...”
Alejandro Romualdo
Nada
sucede por casualidad. Somos coetáneos, del 41, y ambos escribimos poesía y
pergeñamos artículos periodísticos. Aunque su dimensión es más vasta, pues él ha
incursionado asimismo en las tablas, ha sido histrión y es autor de teatro
infantil.
Además,
procede de un sólido y entrañable árbol político, pues su padre es nada menos
que el inolvidable “negro” Genaro Carnero Checa y su madre es por decir poco, una insurrecta combatiente de la España de
García Lorca: Maruja Roqué.
Germán,
amén de la poesía y el arte entrañables, tuvo trabajos diplomáticos en la
UNESCO, especialmente, y fue autor de los nunca superados “PERIO-LIBROS” E
IBEROAMÉRICA PINTA”.
Desde
1962, el inolvidable Javier Sologuren, en sus Cuadernos de Hontanar,
trabajados con Luis Alberto Ratto, lanzó ´Ese
cantar de alondra”, con el que nuestro autor iniciara una poética en la que
su acercamiento a la vida, a la
naturaleza, lo distinguieron de modo sui
generis. De allí surgieron “La rama
natural”, “Canto rodado, “Un solo canto el canto del camino”, “Triste veranillo” y su indeleble
homenaje a la muerte de nuestro fraterno César Calvo, en “Cuanta belleza César realizada”, entre otros varios títulos,
algunos de ellos con la reseña de su vida realmente peregrina, donde destaca el
amor por Adita, su esposa en el inigualable texto “Am-ada esposa”, una verdadera joya antológica.
Para
dar una mirada de conjunto a su vasta y plural creación, usamos su Antología personal, publicada por
ediciones “Capulí” donde, asimismo, nosotros hemos lanzado más de un volumen,
con la característica de que, título que trabaja Carlos Zúñiga Segura, el
director-creador del mencionado sello, es éste una verdadera presea (conocemos
a más de un coleccionista de los poemarios de CZS).
Además,
la presente Antología viene, como ayuda y guía para el lector, premunida de
Prólogos y prologuillos, debidos a esclarecidas voces nacionales, como las de
Enrique Verástegui, Ricardo González Vigil y el poeta e historiador de la
literatura peruana, César Toro Montalvo, amén de algunas opiniones de C.Z.S.
especialmente sobre “Acúsome padre”.
Poesía
y exorcismo, podríamos decir, el lírico Germán Carnero Roqué ejerce –y usamos
el verbo con toda propiedad- su trabajo literario para hacernos, para
convencernos que lo suyo es un camino hacia “el lugar de los encuentros” y su papel es el de conducirnos allende
nuestras propias –y naturales- limitaciones por los senderos de César Vallejo,
Juan Gonzalo Rose, Carlos Germán Belli, Alejandro Romualdo et al.
Narrativo
y profundo, el canto –el encanto- de su verso, deja una huella indeleble en
todo aquel que accede a él, tanto por los sucesivos meandros en los que
discurre, como en su sorprendente recorrido allende estaciones, volúmenes en los que este
“iberoamericano a tiempo completo” –según su autodefinición –nació en la patria
de Alfonso Reyes- durante alguna de las vacaciones (impagas) de su admirable
progenitor que tuvo el alto cuidado de que su hijo no pisara las ergástulas que
él conociera de memoria, y por eso lo condujo al trabajo internacional, donde
tanto y tan bien se ha desempeñado.
Vida y
muerte son unimismadas por el bardo, por lo que no resistimos citar, para
terminar, por ahora, su
“Ponderando: / Cara a cara / frente al ocre /
marchito de la muerte / ponderamos / el intenso instante / de la verde savia.”
Así sea
y así será, por los siglos de los siglos, pues como uno de nuestros inmensos
bardos, Vallejo, escribiera:
“Lo han matado, obligándole a morir”
¡Su cadáver estaba lleno de mundo”.”
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