JUGANDO
Y ACARICIANDO
Hoy
me pongo a recordar
cuando
jugaba con ella
en
medio de la nieve
deslizándonos por las pendientes y los árboles
en el tiempo de un sol sonriente
y anhelos colmados
Hoy recuerdo sus infinitas caricias
en las noches
en las mañanas
en las noches de las mañanas
en las mañanas de las noches
Caricias que se gestaron de la nada
cuando el odio era lo más próximo que se tenía
al haber mi jauría destruido los dominios de su
pueblo
Hoy recuerdo la primera vez que
la vi
luchando estoicamente ella
contra uno de mis mejores lugartenientes
cuando tenía todas las de
perder
salvando su honor de hembra
tratando de defender a su tribu
Me impresionó la pasión de su
defensa
al tiempo que su estilizada
figura de hembra
surcaba el aire
cortando el viento
dominando el espacio con su
aroma
Así la recuerdo
así recuerdo a mi esposa
a mi gran y último amor en la
faz de la tierra
Y el frío presente se disipa
ante mis ojos
Y la veo radiante y triunfante
ante mí
por haber derrotado a mi
entonces pétreo corazón
Y yo detengo sin problema
la estocada final de mi
lugarteniente
Le doy a éste la orden de que
se detenga el pillaje
paralizándose la masacre
Veo en sus ojos de hembra
un brillo de paz y justicia
un relámpago de fe
Y me pierdo en sus ojos
Los dos nos perdemos en los
bosques
que se tiñen de blanco en
invierno.
Hermoso poema, digno de un gran poeta. Felicitaciones.
ResponderEliminarUsted lo ha dicho apreciado Gabriel Figueroa. Un abrazo.
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