miércoles, 25 de abril de 2018

¿QUIEN ES RODOLFO SANCHEZ GARRAFA?




RODOLFO SÁNCHEZ GARRAFA NOS HABLA DE RODOLFO SANCHEZ GARRAFA:

Nací en Vilcabamba (Apurímac), un valle interandino del sur peruano. Soy antropólogo formado en la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cuzco, magister en antropología por la Pontificia Universidad Católica del Perú y doctorado en ciencias sociales por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos de Lima. Como investigador social, hace ya buenos años, he enfocado mi interés en antropología simbólica, pensamiento andino y tradición oral.

Viví en la Ciudad del Cuzco desde los cuatro hasta los veinticinco años. Hice la primaria en el Colegio La Salle conducido por los hermanos de las escuelas cristianas F. S. C., quienes en la década del 50 desarrollaban una educación con criterios avanzados que enfatizaban la afirmación de espíritus competitivos con habilidades para el liderazgo y el desempeño social. Puede decirse que recibí una educación esmerada, sobresaliente en lectoescritura, corrección gramatical, elocución, composición y, desde luego, valores cristianos. Mi vida experimentó un giro considerable en la secundaria, que es cuando pasé al Colegio Nacional de Ciencias, fundado por el Libertador Simón Bolívar, un centro democrático y crisol de todas las sangres; sin esta experiencia, no habría quizá levantado los fuertes cimientos de la identidad que me acompaña por toda la vida. Mi generación expresa una composición social mayoritaria, aspirante, confiada en los recursos que provee la educación para el futuro, que aspira al desarrollo y vive la urbanidad sin perder de vista la realidad del mundo rural ni la historia continental profunda de milenarias raíces prehispánicas.

El Prof. Aníbal Peralta me enseñó autores selectos en la secundaria y consolidó mi afición por la lectura. El Prof. Lizardo Pérez Araníbar admiraba mis escritos, me los hacía leer y grababa mis lecturas, me animó a declamar en público a grandes poetas. Llegado a la universidad, mi maestro el Dr. Antonio Astete Abrill leyó mis manuscritos poéticos y me dio el consejo tal vez más decisivo para escribir como ahora lo hago. En términos intelectuales mis maestros Moisés Tello Palomino, Carlos Ferdinand Cuadros Villena, Daniel E. Castillo M., Oscar Núñez del Prado, fueron mis referentes ideales. He apreciado la amistad y orientación de grandes hombres como José Carlos Fajardo, Gerardo Ayzanoa, Jürgen Golte. Hay personas a las que he amado y he sido correspondido. A mis compañeros de camino no los nombro aquí, pero los llevo en el corazón y cada uno es sujeto de una historia aparte.

Aunque mi afición por escribir creativamente viene desde la infancia, mi valoración de la poesía, como arte accesible, es de los años de adolescencia en adelante. Como todos los jóvenes de mi época, me familiaricé con la lírica del Siglo de Oro español, pero gusté mucho los romances de origen. Poco después, el romanticismo de Bécquer y luego el modernismo con Rubén Darío en la cumbre, por el preciosismo de su lenguaje y la musicalidad de sus rimas, terminaron por cautivarme. Mis primeras lecturas poéticas incluyen a Amado Nervo, Espronceda, García Lorca. La contemporaneidad tiene para mí el signo magistral de Neruda, cuyos caminos expresivos dominan la escena poética de su tiempo; después de él encuentro calideces particulares y profundas en diversas tiendas: Washington Delgado, José Watanabe, Giovanna Pollarolo y Juan Carlos Lázaro de Perú, Enrique Lihn de Chile, Robinson Quintero y Piedad Bonnett de Colombia, por ejemplo.

Pese a ser autor de libros antropológicos, pienso que quien no haya leído mi producción poética no me conoce a cabalidad. Tengo nueve poemarios publicados, el más reciente lo he dedicado a Chorrillos que es el distrito limeño donde resido hace más de cuarenta años. Al publicar poesía me brindo a los demás sin reservas. Siento a la poesía como lo más próximo al pensamiento filosófico e incluso metafísico. Creo que el tránsito del elitismo y del academicismo a una expresión más dialogante con una realidad heterogénea, pluricultural y globalizada, es la nota saltante en la poética de este tiempo.

He dado amplias vueltas por mi patria y por el mundo. Veo la vida como un viaje y procuro alcanzar cada vez más una mirada de conjunto sobre ese trayecto.



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