RODOLFO
SÁNCHEZ GARRAFA NOS HABLA DE RODOLFO SANCHEZ GARRAFA:
Nací en Vilcabamba (Apurímac), un valle interandino del
sur peruano. Soy antropólogo formado en la Universidad Nacional San Antonio
Abad del Cuzco, magister en antropología por la Pontificia Universidad Católica
del Perú y doctorado en ciencias sociales por la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos de Lima. Como investigador social, hace ya buenos años, he enfocado
mi interés en antropología simbólica, pensamiento andino y tradición oral.
Viví en la Ciudad del Cuzco desde los cuatro hasta los
veinticinco años. Hice la primaria en el Colegio La Salle conducido por los
hermanos de las escuelas cristianas F. S. C., quienes en la década del 50
desarrollaban una educación con criterios avanzados que enfatizaban la
afirmación de espíritus competitivos con habilidades para el liderazgo y el
desempeño social. Puede decirse que recibí una educación esmerada,
sobresaliente en lectoescritura, corrección gramatical, elocución, composición
y, desde luego, valores cristianos. Mi vida experimentó un giro considerable en
la secundaria, que es cuando pasé al Colegio Nacional de Ciencias, fundado por
el Libertador Simón Bolívar, un centro democrático y crisol de todas las
sangres; sin esta experiencia, no habría quizá levantado los fuertes cimientos
de la identidad que me acompaña por toda la vida. Mi generación expresa una
composición social mayoritaria, aspirante, confiada en los recursos que provee
la educación para el futuro, que aspira al desarrollo y vive la urbanidad sin
perder de vista la realidad del mundo rural ni la historia continental profunda
de milenarias raíces prehispánicas.
El Prof. Aníbal Peralta me enseñó autores selectos en la
secundaria y consolidó mi afición por la lectura. El Prof. Lizardo Pérez
Araníbar admiraba mis escritos, me los hacía leer y grababa mis lecturas, me
animó a declamar en público a grandes poetas. Llegado a la universidad, mi
maestro el Dr. Antonio Astete Abrill leyó mis manuscritos poéticos y me dio el
consejo tal vez más decisivo para escribir como ahora lo hago. En términos
intelectuales mis maestros Moisés Tello Palomino, Carlos Ferdinand Cuadros
Villena, Daniel E. Castillo M., Oscar Núñez del Prado, fueron mis referentes
ideales. He apreciado la amistad y orientación de grandes hombres como José
Carlos Fajardo, Gerardo Ayzanoa, Jürgen Golte. Hay personas a las que he amado
y he sido correspondido. A mis compañeros de camino no los nombro aquí, pero
los llevo en el corazón y cada uno es sujeto de una historia aparte.
Aunque mi afición por escribir creativamente viene desde
la infancia, mi valoración de la poesía, como arte accesible, es de los años de
adolescencia en adelante. Como todos los jóvenes de mi época, me familiaricé
con la lírica del Siglo de Oro español, pero gusté mucho los romances de
origen. Poco después, el romanticismo de Bécquer y luego el modernismo con
Rubén Darío en la cumbre, por el preciosismo de su lenguaje y la musicalidad de
sus rimas, terminaron por cautivarme. Mis primeras lecturas poéticas incluyen a
Amado Nervo, Espronceda, García Lorca. La contemporaneidad tiene para mí el
signo magistral de Neruda, cuyos caminos expresivos dominan la escena poética
de su tiempo; después de él encuentro calideces particulares y profundas en
diversas tiendas: Washington Delgado, José Watanabe, Giovanna Pollarolo y Juan
Carlos Lázaro de Perú, Enrique Lihn de Chile, Robinson Quintero y Piedad
Bonnett de Colombia, por ejemplo.
Pese a ser autor de libros antropológicos, pienso que
quien no haya leído mi producción poética no me conoce a cabalidad. Tengo nueve
poemarios publicados, el más reciente lo he dedicado a Chorrillos que es el
distrito limeño donde resido hace más de cuarenta años. Al publicar poesía me
brindo a los demás sin reservas. Siento a la poesía como lo más próximo al
pensamiento filosófico e incluso metafísico. Creo que el tránsito del elitismo
y del academicismo a una expresión más dialogante con una realidad heterogénea,
pluricultural y globalizada, es la nota saltante en la poética de este tiempo.
He dado amplias vueltas por mi patria y por el mundo. Veo
la vida como un viaje y procuro alcanzar cada vez más una mirada de conjunto
sobre ese trayecto.
FELICIDADES
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