Sinopsis de la obra:
La obra se
desarrolla en la sala de la casa dónde viven Leoncia, Maquenda y Dianita; tres
mujeres (abuela, madre e hija), las cuales han pasado por muchas dificultades.
Maquenda madre de Diana que trabaja como prostituta, asume todos los gastos de la casa. Tiene una madre
alcohólica, a la cual, le reclama por no haberla apoyado cuando su padrastro la
violó y la embarazó. Diana, su hija le confiesa que está embarazada, esto le
rompe el corazón a Maquenda pero al final se da cuenta que la debe apoyar.
LA LLEGADA INESPERADA
Personajes:
Maquenda: Hija de Leoncia y madre de Dianita.
Leoncia: Madre de Maquenda,
abuela de Dianita.
Dianita:
Hija de Maquenda y nieta de Leoncia.
La obra se desarrolla en las primeras horas de la
mañana, en la sala de la casa, donde viven Leoncia, Maquenda y Dianita.
Leoncia: (Se encuentra sentada en el sofá con su
botella de ron en la mano) Dianita, Dianita, Diana carajo, (golpea el sofá con
la mano), anda corre prepara mi desayuno.
Dianita:
(Quien también se encuentra sentada en el sofá, mira los mensajes de su
celular, desconcertada y con la mirada perdida) Abuelita tengo que decirle algo
importante a mi mamá.
Leoncia: Mira niña, si son tus notas del colegio no
creó que se preocupe ya que siempre sacas buenas notas, (bebe un sorbo de ron),
anda de una vez y prepara el desayuno.
Dianita: Abuelita, es que no sé qué hacer, no sé cómo
va reaccionar mi mamá cuando se entere de lo que quiero decirle.
Leoncia: Hay Dianita carajo, ya cuando viene tu mamá
le dices, más bien anda trae el desayuno porque me muero de hambre, apúrate
niña.
Dianita: Está bien (se retira a
la cocina).
Maquenda:
(Quien termina de trabajar, llega a su casa y toca la puerta desesperada):
Vieja, vieja, abre la puerta que tengo hambre y frío, apúrate. (Mueve las
piernas y se soba los brazos por el frío).
Leoncia: Uy llegó la puta,
Dianita abre la puerta.
Dianita: Ya voy abuelita, estoy
preparando el café.
Maquenda: Vieja, abre la puerta,
carajo.
Leoncia: Dianita, ya apúrate
pues, mocosa lenta.
Dianita:
Ya voy, (se dirige corriendo hacia la puerta, abre la puerta), mamá, que bueno
que llegas, le da un beso en la mejilla, tengo que decirte algo.
Maquenda: Ah, hola hija, estoy
bien cansada de verdad.
Dianita: Mamá, tengo que decirte
algo importante.
Maquenda: Hijita, ahora no, de verdad, estoy bien
cansada, me duele todo, me pesa todo el cuerpo, más bien, anda prepárame el
desayuno, rápido.
Dianita: Pero mamá.
Maquenda:
(Con voz fuerte) Diana, obedece, anda y tráeme el desayuno, no me hagas enojar.
(Se sienta en el sofá y se saca
los tacos).
Diana: (Se retira a preparar el
desayuno) Nadie me escucha.
Leoncia: (Mira a Maquenda) Ya era hora de llegar,
(realiza un gesto de fastidio y mueve la cabeza, toma un sorbo de ron).
Maquenda: (Mira a Leoncia molesta) Vieja adicta, tan
temprano y ya estas bebiendo, ya estoy harta de esto, toda la plata que te doy
la gastas en alcohol.
Leoncia:
Y qué quieres que haga, desde que me abandonó tu padre, mi único refugio fue el
alcohol y encima la porquería de tu padrastro que con engaños me enamoró, para
después golpearme y terminar abusando de ti.
Maquenda:
Esa basura no fue mi padrastro, es un violador que desgracio mi vida a los 20
años.
Pero el nacimiento de Diana me
dio fuerzas para luchar contra esa porquería.
Dianita: (Viene con el desayuno y
lo pone en la mesa) Aquí está el desayuno, mamá.
Maquenda: Ay, gracias hija.
Dianita: Bueno, me voy a limpiar
la cocina, (se retira).
Leoncia: ¿Y cómo va el juicio?
Maquenda
:Pues que quieres, si al inicio defendiste a esa porquería de hombre, mira que
si no fuera por mi hija ya lo hubiera matado con mis propias manos, encima se
atrevió a amenazarme y decirme que él saldrá bien librado de este juicio .
Leoncia: Pero ¿qué te ha dicho el
abogado?
Maquenda: Pues, dime tú ¿de cuándo acá a los pobres se
les hace justicia? Siempre demora para los que no tenemos dinero y más aún para
las mujeres abusadas, ¿es que acaso siempre será así? o seguro como dijo un
abogado: si tú eres prostituta, menos habrá ley para ti…
Leoncia: Y es por eso mismo, por estas desgracias que
suceden que me refugio en el alcohol, maldito vicio pero necesario para mí.
Maquenda: Y tú crees que todo se puede olvidar con el
alcohol, sabes lo duro y feo que es la calle, pelear todos los días con esos
supuestos serenazgos que nos golpean, violan y humillan sin poder hacer nada.
Estoy harta de todo esto pero no veo otra salida.
Dianita:
(Quién toma valor y se muestra decidida para hablar con Maquenda, entra a la
sala) Mamá hace unas semanas he querido decirte algo importante y quiero por
favor que me escuches.
Maquenda: Como si no tuviera
suficiente con tu abuela, ay Diana.
Dianita: Mamá, escúchame por
favor.
Maquenda: Habla de una vez,
Diana.
Dianita: (Se sienta al costado de
su mamá, llorando) Mamá, estoy embarazada.
Maquenda: (Se pone de pie,
nerviosa) ¿Qué?, es una broma de mal gusto, ¿verdad, Diana?
Diana: No, mamá, desearía que la
tierra me trague, (agacha la cabeza).
Maquenda:
(Se vuelve a sentar, se agarra la cabeza, se pone a llorar) ¿tú te das cuenta
de lo que estás diciendo?, ¿sabes todo lo que he tenido que pasar para que en
esta vida jamás te falte nada?, ¿sabes el esfuerzo que he hecho para ponerte a
estudiar, Diana? y ahora me dices que estás embarazada.
Dianita: Perdón mamá, todo paso
así de casualidad.
Maquenda: ¿Quién es el padre?
Dianita: Se para, camina y dice:
eso ya no importa, mamá.
Maquenda: ¿Quién es, Diana?, no
me hagas enojar más.
Dianita: Es un chico del salón
que tiene 17 años.
Maquenda: ¿Dónde está él?.
Dianita: Se fue, mamá, viajó, su familia se lo llevó a
provincia cuando se enteraron que salía conmigo.
Maquenda: ¿Por qué?, ¿acaso no te
quería ese cobarde?
Dianita:
Sí, mamá, nosotros estábamos muy enamorados, a pesar de eso a su familia no le
importó porque cuando se enteraron que tú te prostituías, no quisieron saber
nada del asunto, lo apartaron totalmente de mí.
Maquenda: (Con rostro de sorpresa) Eso demuestra que
es un cobarde y no supo luchar por tu amor, sólo se dejó intimidar por su
familia que juzga mi condición.
Leoncia: (Mira a Maquenda) Seguro que esos chismosos
del salón te han reconocido, Maquenda, cuando fuiste a las reuniones del
colegio.
Maquenda: (Mira a Dianita) Vaya, por eso no quería ir a
tus reuniones de colegio, gente desgraciada, chismosa.
Dianita: Sí, mamá, así son,
apenas te vieron comenzaron a divulgar la noticia.
Maquenda: ¿En qué estabas
pensando, Diana, y todo lo que te hablé fue en vano?
Diana: Mamá, yo quise decirte
hace semanas pero tú no tenías tiempo para escucharme.
Maquenda:
Ahora, ¿qué futuro te espera?, ¿sabes?, yo fui a la universidad sólo dos años y
tuve que elegir entre mis estudios y tenerte a ti hija, yo quería que tú
estudies, que entres a la universidad, ahora, ¿cómo vas a estudiar?
Dianita: Pero, mamá, veré la
forma de hacerlo, yo sí quiero estudiar, postulare a una beca.
Maquenda:
Diana, sabes lo difícil que ha sido para mí tragarme muchas humillaciones,
salir a las calles y dejarme ensuciar con esos malditos cerdos, el infierno que
he pasado, me destrozas el corazón, Diana.
Dianita: Mamá, (se arrodilla) yo sé todo lo que has
tenido que pasar y no me avergüenzo de ti, te pido perdón, ahora lo que importa
es que voy a tener un bebé y debes de apoyarme, te prometo que no te fallaré,
saldremos adelante, estudiaré y trabajaré, mamá.
Maquenda: (Se arrodilla y toma de las manos a su hija)
No voy a hacer lo que tu abuela hizo conmigo cuando salí embarazada, voy a
apoyarte, hija, tal vez, este destino ha sido cruel con nosotras pero todavía
seguimos respirando y eso me mantiene fuerte.
Dianita: Mamá, la vida no ha sido tan justa con nosotras
pero solo nosotras podemos cambiar nuestras vidas, perdóname mamá, por favor,
perdóname (sigue llorando).
Maquenda: No, hija perdóname tú, yo pensé que
brindándote las necesidades básicas eran suficiente pero ahora me doy cuenta
que me equivoqué, yo te prometo que de hoy en adelante las cosas van a cambiar
y ya no me vas a ver prostituyéndome, seré un buen ejemplo para ti, abriremos
un negocio y llevaremos a tu abuela a terapia de nuevo, todo va cambiar,
(Maquenda abraza a Dianita, las dos lloran).
Leoncia: (Sentada mira sorprendida a Diana y a
Maquenda con los ojos llorosos, toma un sorbo de ron) Nunca es tarde para
empezar de nuevo.
Muchas gracias,amigo Pepe Beltran como siempre apoyando el arte y la cultura, te felicito amigo por tu labor como gestor cultural que vienes realizando ya por varios años.
ResponderEliminarVamos para adelante ¡que viva el arte y la cultura!😀😀😀😀😀
ResponderEliminar😊😊😊😊
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