CECILIA MOLINA
XI
Encaje
pectoral.
Te
conozco y sé que estás secreta,
pecadora
guardada entre papeles de menta,
la
naftalina aroma
tu
pequeña alforja
llena
de pañuelos.
Tu
sombrilla amarilla
como
pájaro que asciende,
como
ojos que saltan
sobre
un cuerpo desnudo
-exégesis
de un funesto espíritu-
Vienes,
me abrazas en un
llanto
abrasador,
coronas
de humos
muerte
inevitable
en el
espejo.
Si yo
pudiera te daría
el vuelo
la Última Caída,
la nota
que se ennegrece,
las
cenizas de mis lunares.
Al
final la elipsis
la
vuelta al claro cielo
y jaque
mate al rey de piedra.
Turba
copa de vino
sereno
centro del océano
último
alar.
Se
cierran mis párpados
y aún
te veo
sentada
y exhausta
ante
una ruma de naipes.
Solitaria
guitarra
donde se borda
la locura.
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