martes, 23 de julio de 2019

FERNÁNDEZ RETAMAR CONDOTTIERE LITERARIO CUBANO DEL SIGLO XXI




FERNÁNDEZ RETAMAR CONDOTTIERE LITERARIO CUBANO DEL SIGLO XXI



                                               Con los pobres de la tierra
                                               Quiero yo mi suerte echar”
                                                                                  Martí



Por WINSTON ORRILLO.


            Su nombre tenía una doble sinonimia: por un lado, cubano, por otro gran artista de  la palabra, maestro de la escritura, creador literario.

            Y faltaría, por cierto,  combatiente de la Revolución Cubana.

            El trabajaba (con muy buenos emolumentos, es obvio) en una prestigiosa universidad norteamericana, de donde vino a incorporarse al proceso de cambio irreversible, revolucionario, de su patria, con los naturales riesgos que ello implicaba.

            Él vino a asumir las vicisitudes de la construcción de una experiencia inédita: la que le cupo en la revolución de su Cuba entrañable.

            Creador poético invívito  en la edificación de una nueva cultura, para la que tenía el ejemplo de  su –nuestro- José Martí.

            Por ello creaba y combatía, poetizaba y edificaba ese nuevo país que empezara a surgir un 26  de Julio del 53, y madurara en la Sierra Maestra, con la dirección de Fidel, hasta expulsar al sátrapa Batista, un 1º de enero de 1959.

            Desde entonces había que hacerlo todo: la cultura era, apenas, un camino, porque el pueblo combatiente siempre quería más  y más.

            Y tenía razón.

 Por eso no bastaba el verso, la voz del lirida, sino que había que entrar al ensayo, a la permanente revelación martiana, y así surgen  preseas suyas como “Calibán” y las especulaciones  permanentes sobre Nuestra América y su especificidad cultural-creativa. (Aunque algún critico zahorí  ha expresado–me adhiero a ello- que muchos de los poemas de RFR tienen la tesitura de ensayos: no solo conmueven  por su estética sui generis , sino que hacen pensar visceralmente).

            Pero esta muy joven  Revolución Cubana (su, nuestra Revolución) había que defenderla denodadamente, por lo que, vigilante, Roberto se puso a la vanguardia. Y esto le valió, verbi gratia, más de una vez el denuesto.

            No vale la pena que ponga el nombre de un poetilla peruano que, ahora mismo,  se permitió insultar a RFR por su integérrima defensa de Cuba revolucionaria. Y lo llamó algo así como “policía cultural” del Régimen, y  él, por cierto, creía que decirle “incondicional” era agraviarlo:( ¡ojalá hubiéramos más “incondicionales”!). 

En fin, pasó el tiempo, el azaroso tiempo en la cátedra, en el permanente poetizar ahora ya en su patria, y en la asistencia y orientación a los jóvenes creadores, hasta que, al deceso de la heroica Haydée Santamaría, casi por su peso específico, asumió la dirección de esa presea cultural del Tercer Mundo que es la Casa de las Américas.

            Aquí lo conocimos y compartimos sus inquietudes y avatares. Hasta que “aquella” vino a tocar a su puerta, sin saber que hombres –aristas de la dimensión de Roberto Fernández Retamar hace mucho tiempo que saben cómo permanecer entre nosotros …y allende nosotros. 

Como se habrá apreciado, este cronista no ha querido incidir en los premios (Profesor Honorario de la Primera Universidad de América: nuestra San Marcos), ni en los títulos de su ingente producción creativa y cultural, fácilmente rastreable en Google. 

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