martes, 28 de febrero de 2017

POEMA DE VERONICA MORANTE ROSSEL



Lucía de grande era niña,
cuando sus pies oscuros danzaban
temblaba la tierra
y se amarraba a su cintura.
“Niña, regálame tus juguetes”, así decía.
Yo se los regalaba
para volver a su sonrisa de maíz
sobre enormes barcas de totora.


Extendida la lliclla
envolvía sus tesoros:
carros desllantados
tambores desteñidos
ollitas sin comida
tacitas sin asa
casas sin puerta…
igual se reía.
Solo una vez su voz cruzó dos tempestades
“No, esas no, niña. Esas no quiero.
¿Para qué pues muñeca partida?”


Rapidito anudaba la manta
contenta se iba,
yo me quedaba mirando las muñecas partidas.
Cuando las recuerdo
me descuelgo por tus trenzas
hasta el desembalse de tus mejillas
y ya sé por qué quiero devolverte tu risa de lago,
grande
niña.


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