PRESENTACIÓN DEL POEMARIO DE MARIANO LOZANO-P
Por GRACIA MORALES.
Conocí personalmente a
Mariano Lozano-P. en 2009, cuando colaboramos en el proyecto que desembocó en ¿Eres tú?, un audio-libro para bebés
publicado en 2014, en el que se conjugan imagen, palabra y música para ofrecer
a los más pequeños un objeto artístico de calidad. En ese proyecto estaban
también Antje Wichtrey, Inmaculada Pérez Frutos y Anndrés Neuman.
Pero antes de eso, yo había
visto (y escuchado) varios espectáculos teatrales donde Mariano había
participado, componiendo y realizando la banda sonora, con compañías como «La
Rous» y «Aracaladanza». El proyecto ¿Eres
tú? me permitió entonces acercarme a este artista al que yo ya admiraba por
esa música tierna, sugerente, juguetona o inquietante, que consigue conmoverme
siempre que la escucho.
Desde entonces he seguido su
trayectoria, que se ha ido volviendo cada vez más transdisciplinar. Además de
sus creaciones musicales, Mariano Lozano-P. ha llevado a cabo diversas
instalaciones, donde integra sonido e imagen (como su reciente «Mirando el
ruido»: una fascinante y arriesgada exposición de impresiones gráficas de los
fallos digitales de ruido del vídeo y la fotografía).
Mariano ahora se embarca en
un nuevo viaje: el de sacar a la luz poemas que lleva gestando, sin prisa,
desde hace varios años. Así nos presenta su Del
7 al 14 solo dos lunas.
Se trata de un libro que
gira alrededor de un centro claro: la experiencia amorosa. Pero esta temática
se aborda desde múltiples perspectivas, lo que aporta dinamismo y tensión al
poemario, que, en ocasiones, parece estar desvelando una estructura de
altibajos o de avance en espiral. La voz poética que afirma «No me he vacunado
/ de las sirenas», transita así por entre las diferentes vivencias ligadas a
este sentimiento: la pasión erótica, como una fuerza redentora, nutriente y
telúrica; la vulnerabilidad ante la amante; el enfrentamiento con el desengaño
o el abandono… También el estilo de los textos varía: algunos son muy breves
(sólo una pregunta fugaz lanzada a una interlocutora silenciosa) y otros de más
largo aliento; asimismo, encontramos composiciones con clara resonancias
populares (como «El amor es poderoso» o «Mi dama baila la danza del vientre»)
junto a otras donde la expresión del dolor tuerce el propio discurso, generando
así imágenes de tono surrealista (como en «Estoy envenenado»).
Termino esta breve
presentación expresando mi alegría de que Mariano se haya decidido a sacar a la
luz estos poemas, que ha estado atesorando durante buena parte de su vida.
Poemas que tanto dicen de él y de su irrenunciable defensa de la sensibilidad y
la entrega como motores vitales.
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