martes, 9 de marzo de 2021

EXORCIZAR A LA PANDEMIA CON POEMAS ES UN INTENTO. Por WINSTON ORRILLO

 


EXORCIZAR A LA PANDEMIA CON POEMAS ES UN INTENTO.

Por WINSTON ORRILLO

 

Todo los días muertos y más muertos. Primero Pepe Vargas, fundador-presidente de la Casa Nacional del Poeta, luego Pedro Novoa, gran narrador joven; y ahora mismo, Luis Revoredo, director del diario UNO, donde el suscrito suele escribir.

Y no podemos quedarnos con los brazos cruzados: esgrimimos nuestra arma. La única que tenemos, la poesía, para exorcizar a esta siniestra pandemia.

Aquí van, pues, nuevos poemas.

Para ustedes, como una suerte de armadura pugnaz y entrañable.

 

                               

 

Y bien

   Un muerto más

      Que se nos trepa.

Dicen que

   Estamos muertos:

      ¡Bienvenida

         La vida!

Los dos locos

   Hirsutos:

     ¡Tu corazón

         Y el mío!

 

 

 

 

Relampaguea

   Al fin

      El ayatola:

         Perdió

             La su mandala.

Sínodo

   De poemas

      Ad portas

         Del fibroma.

Estrépito

   Candado

      Endogamia

         Resquicio.

Era

   Su hipotonía:

       Buenos días,

           Escombros.

Visceral

   Acratista

    Intonso

       Escurridizo.

Repiquetea

   El alba

      Que pretende

         Enfardarnos.

 

Me inoculo

   Un poema

      Asaz escurridizo.

Y  así

   Me desmoronan

       Tantos muertos

          Glaseados.

Ronronea

   La ausencia:

      Se gatilla

         El autismo.

Pterodáctilo

  Emerjo

     Después

        De aquel rebato.

Y era

  Nueva Zelanda

     Donde

        Me desmantelas.

Pulimentado

   Fui

     Luego

         De aquel aforo.

 

 

 

Escupitajo

   Es que es:

      Jamás

        Un buen poema.

Me aburre

    El campanario

       De tu

           Rebosamiento

Y fue

   La canonjía

      Entre

         Tus piernas

            Térreas.


  

 

 

 

 

 

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