WINSTON ORRILLO.
OSVALDO DE RIVERO:
NUEVA PANDEMIA COLAPSO DEL MACHISMO Y DENUNCIA DE LA TESTOSTERONA
Por WINSTON ORRILLO.
“La
verdad es que El día que el machismo
colapsó, no está desconectada de mi experiencia diplomática, porque en los
últimos años de mi carrera, como Embajador Representante del Perú ante el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, estuve involucrado en las
infernales guerras civiles de Liberia, Sierra Leona, Somalia, Darfur y el
Congo. En todas ellas la atrocidad más constante tenía que ver con el dominio
de la testosterona. En todos estos conflictos eran comunes las violaciones de
las mujeres, muchas veces seguidas de su muerte. Y cuando esto no pasaba, las
mujeres sobrevivientes y sus niños, se convertían en parias que deambulaban en
los campos de refugiados…Cuando pregunté a las organizaciones humanitarias por
qué, la violación es la atrocidad más frecuente en los conflictos armados, la
respuesta era siempre la misma: `para
combatir se necesita testosterona y el combate armado produce más testosterona,
y en un mundo así, no hay seguridad sexual para la mujeres´
O.
de R.
Lo
conocí hace más de medio siglo, en los añosos corredores del Palacio de Torre
Tagle, donde el suscrito anduvo de pasada, luego de trabajar con el entonces
canciller, el histórico maestro impertérrito, Raúl Porras Barrenechea (el que
paradigmáticamente se negara a las órdenes norteamericanas de expulsar a Cuba
del Sistema Interamericano: “Con OEA o sin OEA ganaremos la pelea”,
respondieron los hijos de Martí…y ganaron y su ejemplo sigue iluminando a la
especie humana…)
Ovy, como todos
llamábamos a Oswaldo de Rivero, hizo una carrera fulgurante, y ha servido como
Embajador en Londres, Ginebra, USA y Moscú, donde tuve un breve encuentro con
él, pues el suscrito había concurrido a un Congreso Mundial de Escritores y
Artistas, eventos en los que los hijos de Lenin eran consumados artífices (allí
me tocó sentarme –no envidiar, por favor- al lado de Sofía Loren…)
Miembro
del Instituto de Estudios Estratégicos de Londres y profesor de la Academia
Diplomática del Perú, luego de sus estudios de post-grado en el Instituto de
Altos Estudios Internacionales de Ginebra, ahora, como embajador en retiro, y
para cumplir con sus ideales, vive en una isla de Bald Head Island, frente a la costa de Carolina del Norte, todo un
santuario ecológico y donde contribuye en un proyecto de vida sin emisiones de
CO2, para nuestro siglo.
Mientras
tanto, con viva ansiedad, leemos sus reveladoras joyas periodísticas (no podría
hacerlo en otra parte), que publica regularmente en estas páginas, las mismas
que nos orientan en medio de los vericuetos anfractuosos del acontecer actual.
Y,
de pronto, nos sorprende con esta novela, El
día que el machismo colapsó, segunda edición octubre 2018, publicada por
TAREA ASOCIACIÓN GRÁFICA EDUCATIVA. La primera edición apareció con el significativo
título de La isla de Príapo (aunque
el epígrafe del texto actual, atribuido a Magnus Boler, uno de los areopagitas,
Erectus, ergo sum, también podría
haber sido un título de polendas, pero quizá para otro público).
Pues,
la novela que tenemos entre manos, hay que leerla de corrido, porque el autor
hace gala de un humor sutil, desmitificador, y devendrá, verbi gratia, en manjar para las polémicas feministas, con sus
críticas a la “sociedad falocrática” y
numerosos manifiestos y congresos y sociedades destinadas a cambiar este mundo
ahíto de injusticias machistas, cuyo colapso, de varias maneras se va anunciando,
en medio de un humor negro que envuelve a los personajes –líderes
internacionales- y los avatares y creaciones imaginarias del autor como la
“súpersalmonela” que destruye la erección y “vuelve estúpidos y ociosos a los
espermatozoides y tras tres meses los mataba, impidiendo así toda posibilidad
de reproducción humana” …pero junto a todo esto: y se puede comprobar ahora
mismo, se mantiene la rivalidad con los
soviéticos y la búsqueda de una vacuna para inmunizar a la elite masculina del
Partido para que esta dirigencia –tras el holocausto eréctil global- emergiera
vencedora como el único grupo masculino eréctil-reproductivo del mundo y
liderara así a toda la humanidad hacia el paraíso comunista…
En
fin, hay mucho de humor negro y lo personajes son caricaturas muy bien
delineadas, en especial cuando, v.gr. crea un sexo jocandi, amén de otras imaginaciones que no dejan de darnos
verdaderos cuadros que apuntan hacia un “pacto ético planetario” y la profusión
de hormonas como la oxitoxina y la vasopresina, y a una exudación notable de
feromonas…y la sui generis explicación
del enamoramiento pre pandémico…producto
de tres funciones bioquímicas ordenadas por el cerebro, que conducen a “una
impotencia global exclusiva del miembro viril humano en todos los rincones de
la tierra…en fin (¡qué coincidencia con el término, pero esto no es raro en la
creación literaria). Se trata, pues, de una
pandemia de… disfunción eréctil.
Pero
mejor devoremos las 214 páginas de esta novela que, seguro, para usted, como
para este cronista, serán inolvidables.