¡PERÚ LEVÁNTATE RECORDANDO A VALLEJO!
Por: SAMUEL CAVERO GALIMIDI.
En el Mundo hay muchos países, como nuestro Perú, territorios desde donde la poesía de Vallejo parece chicotearnos el alma dolida por tantos contagios y muertes por el Coronavirus o COVID19. ¡Sus versos, tensados con la muerte, con el sufrimiento, con las ruedas de nuestros ríos, son martirologio! ¡Llanto por la heredad perdida! ¡Y nuestra realidad cotidiana, de sueños y esperanzas, es también eso mismo, de un inmenso dolor como cuando uno lee a Vallejo! Sus versos son exégesis poética.
¡Oh cruzada fecunda del andrajo!, reza los versos de intensas cerebraciones de nuestro amado poeta César Vallejo, palpitándonos la conciencia de cómo hemos transformado la naturaleza. De cómo además hemos contribuido al Cambio Climático ¡Y cómo la naturaleza nos enseña lecciones ensañándose!
Cuando era niño recuerdo a finales de 1960 la ciudad de Lima tenía veranos calurosos con 22 grados. Hoy los tiene con 35 grados. Probablemente de aquí a veinte años los tendrá con 45 grados. Los que están rezando, esperando solidaridad, esperando se calme todo se dicen, recordando a Vallejo, que aquél decía en la RUEDA DEL HAMBRIENTO:
“Váca mi estómago, váca mi yeyuno,
la miseria me saca por entre mis propios dientes,
cogido con un palito por el puño de la camisa”.
Nuestro Perú, queridos hermanos del Mundo, hoy refleja con tanto realismo sus dramas, sus dolores, con las inclemencias de la naturaleza, que antes y siempre se plasmaron en su literatura. Y en especial en César Vallejo que nos dice:
¿Un pedazo de pan, tampoco habrá para mí?
Ya no más he de ser lo que siempre he de ser,
pero dadme
una piedra en que sentarme,
pero dadme,
por favor, un pedazo de pan en que sentarme,…
Hermanos Vallejianos del Mundo: Mi dolor es el dolor de muchos corazones. Nuestra solidaridad será más responsable que cualquier problema; la realidad cotidiana que nuestro país vive, hoy que los ríos han sobrepasado sus caudales, que llueve en muchas partes y que los cerros han rugido arrojando lodazales y huaicos de furia paseándose por las calles de muchas ciudades, supera a la ficción imaginada. ¡Pero ya pasará! ¡Pronto habrá de pasar, entonces llegará el mes de abril, Mes de César Vallejo y de otros grandes escritores! ¡Mes de la literatura peruana! Y llegará inmediatamente el mes de mayo, del ideal enarbolado, del grandioso Encuentro internacional Itinerante “CAPULÍ VALLEJO Y SU TIERRA”, porque somos bastión de las conciencias: doliente peregrinación, limpios de corazón, donde los trigos de mayo (y vuestras sonrisas) veremos amarillear en los caminos… donde arrojaremos música alada y poesía en aquellos surcos. Y abrazándonos, llorando nuestro ser vivo, sabiendo que tú y yo (todavía) existimos, será como haber escuchado unos versos de Vallejo.
¡Perú levántate! Patria es haz de voluntades, fraternidad, concierto de afectos. Hace cuatro meses muchas autoridades regionales firmaron pronunciamientos preocupados por una inminente sequía. Hoy, qué ironía, no hay, ni hubo sequía. ¡Ahora el Perú es muy rico en agua! ¡Pero no tenemos cómo retenerla y purificarla! Ayer, permitidme contarlo, me bañé con un puerquito y una vaca fangosa, en mis sueños. Y allí estaba Evangelina llamándome; sí esa misma mujer que tú y yo hemos visto, saliendo como fantasma del fango de lodo y la muerte.
Nos cuesta tanto bañarnos porque no tenemos agua potable, limpia, en muchos hogares del Perú. ¡Pero ya pasará! Es la abundancia de un país que a decir verdad tiene mucha agua, tanta que los ancianos y mujeres duermen en sus habitaciones viendo flotar su almohada y sus colchones, sobre el lodo y barro ha penetrado hasta en sus habitaciones.
¡Perú levántate! ¡Hermanos del Mundo donde estés, levántate! ¡Y protégete! Recordad hoy más que nunca los versos de César Vallejo: “¡Hay golpes en la vida tan fuertes yo no sé!”
Por: SAMUEL CAVERO GALIMIDI.
En el Mundo hay muchos países, como nuestro Perú, territorios desde donde la poesía de Vallejo parece chicotearnos el alma dolida por tantos contagios y muertes por el Coronavirus o COVID19. ¡Sus versos, tensados con la muerte, con el sufrimiento, con las ruedas de nuestros ríos, son martirologio! ¡Llanto por la heredad perdida! ¡Y nuestra realidad cotidiana, de sueños y esperanzas, es también eso mismo, de un inmenso dolor como cuando uno lee a Vallejo! Sus versos son exégesis poética.
¡Oh cruzada fecunda del andrajo!, reza los versos de intensas cerebraciones de nuestro amado poeta César Vallejo, palpitándonos la conciencia de cómo hemos transformado la naturaleza. De cómo además hemos contribuido al Cambio Climático ¡Y cómo la naturaleza nos enseña lecciones ensañándose!
Cuando era niño recuerdo a finales de 1960 la ciudad de Lima tenía veranos calurosos con 22 grados. Hoy los tiene con 35 grados. Probablemente de aquí a veinte años los tendrá con 45 grados. Los que están rezando, esperando solidaridad, esperando se calme todo se dicen, recordando a Vallejo, que aquél decía en la RUEDA DEL HAMBRIENTO:
“Váca mi estómago, váca mi yeyuno,
la miseria me saca por entre mis propios dientes,
cogido con un palito por el puño de la camisa”.
Nuestro Perú, queridos hermanos del Mundo, hoy refleja con tanto realismo sus dramas, sus dolores, con las inclemencias de la naturaleza, que antes y siempre se plasmaron en su literatura. Y en especial en César Vallejo que nos dice:
¿Un pedazo de pan, tampoco habrá para mí?
Ya no más he de ser lo que siempre he de ser,
pero dadme
una piedra en que sentarme,
pero dadme,
por favor, un pedazo de pan en que sentarme,…
Hermanos Vallejianos del Mundo: Mi dolor es el dolor de muchos corazones. Nuestra solidaridad será más responsable que cualquier problema; la realidad cotidiana que nuestro país vive, hoy que los ríos han sobrepasado sus caudales, que llueve en muchas partes y que los cerros han rugido arrojando lodazales y huaicos de furia paseándose por las calles de muchas ciudades, supera a la ficción imaginada. ¡Pero ya pasará! ¡Pronto habrá de pasar, entonces llegará el mes de abril, Mes de César Vallejo y de otros grandes escritores! ¡Mes de la literatura peruana! Y llegará inmediatamente el mes de mayo, del ideal enarbolado, del grandioso Encuentro internacional Itinerante “CAPULÍ VALLEJO Y SU TIERRA”, porque somos bastión de las conciencias: doliente peregrinación, limpios de corazón, donde los trigos de mayo (y vuestras sonrisas) veremos amarillear en los caminos… donde arrojaremos música alada y poesía en aquellos surcos. Y abrazándonos, llorando nuestro ser vivo, sabiendo que tú y yo (todavía) existimos, será como haber escuchado unos versos de Vallejo.
¡Perú levántate! Patria es haz de voluntades, fraternidad, concierto de afectos. Hace cuatro meses muchas autoridades regionales firmaron pronunciamientos preocupados por una inminente sequía. Hoy, qué ironía, no hay, ni hubo sequía. ¡Ahora el Perú es muy rico en agua! ¡Pero no tenemos cómo retenerla y purificarla! Ayer, permitidme contarlo, me bañé con un puerquito y una vaca fangosa, en mis sueños. Y allí estaba Evangelina llamándome; sí esa misma mujer que tú y yo hemos visto, saliendo como fantasma del fango de lodo y la muerte.
Nos cuesta tanto bañarnos porque no tenemos agua potable, limpia, en muchos hogares del Perú. ¡Pero ya pasará! Es la abundancia de un país que a decir verdad tiene mucha agua, tanta que los ancianos y mujeres duermen en sus habitaciones viendo flotar su almohada y sus colchones, sobre el lodo y barro ha penetrado hasta en sus habitaciones.
¡Perú levántate! ¡Hermanos del Mundo donde estés, levántate! ¡Y protégete! Recordad hoy más que nunca los versos de César Vallejo: “¡Hay golpes en la vida tan fuertes yo no sé!”
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